En agosto fue mi cumpleaños. Canícula, vacaciones, pocas fiestas, menos encuentros y escasos regalos. Pero esta vez mi hijo, Aritz, me sorprendió con un libro que cumple las expectativas de este blog: ‘Los gondoleros silenciosos‘, una novelita de William Goldman, publicada originalmente en 1983.
Y he vuelto a disfrutar leyendo este cuento de superación de uno de los escritores y guionistas que más admiro, el autor de la maravillosa ‘La princesa prometida’, una fábula que, además, está ambientada en Venecia. Qué más le puedo pedir si une buena literatura, escrita por un hombre de cine y situada en el Gran Canal.
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