Sophia Loren e Ibrahima Gueye, en ‘La vida por delante’.

Como seguramente sabéis, desde 2010 Sophia Loren (1934) había dejado de actuar en el cine y la televisión, hasta que su hijo Edoardo Ponti la recuperó en la película ‘La vida por delante‘ (2020). Yo la he querido rescatar más joven, cuando estaba a punto de cumplir unos esplendidos 39 años, en el verano de 1973.

De la mano de su esposo, el famoso productor italiano Carlo Ponti, se embarcó en la película ‘El viaje‘, el último trabajo del gran Vittorio de Sica (1901-1974), uno de los directores clave del neorrealismo italiano, y nada menos que con Richard Burton a su lado. Además, y por eso aparece este filme en ‘Venecia de cine’, filmada parcialmente (su tramo final) en la ciudad de los canales.

Sophia Loren había paseado su belleza y su talento por la Mostra de Venecia desde 1958, cuando ganó su primera Copa Volpi por ‘Orquídea negra’. La actriz volvería al festival de cine en numerosas ocasiones, especialmente gracias a trabajos tan notables como ‘Dos mujeres’ (1961), ‘Ayer, hoy y mañana’ (1964), ‘Matrimonio a la italiana’ (1965) y ‘Los girasoles’ (1970). Pero, curiosamente, no había rodado nunca allí… hasta ‘El viaje’, que se estrenaría en 1974.

La actriz, en Venecia, en1958.

Su pareja en la ficción fue Richard Burton (1925-1984), un actor fascinante , pero con graves problemas con el alcohol y en trámites de separación de otra estrella del celuloide, Elizabeth Taylor. La cinta no sólo les unió en la gran pantalla sino que les convirtió en buenos amigos. Loren convenció a su marido para que Burton y ella protagonizaran una versión televisiva de ‘Breve encuentro‘ (1974), historia que David Lean ya había dirigido en 1945, esta vez realizada por Alan Bridges.

‘El viaje’ es una película menor en la filmografía de todos ellos, un melodrama basado en una sensacional novela corta del genial dramaturgo Luigi Pirandello. Su trama está ambientada en la Sicilia de inicios del siglo XX, una sociedad cerrada y machista, donde la mujer está siempre a la sombra del padre o del marido.

Su protagonista es Adriana de Mauro (Loren), una mujer que pese a estar enamorada de César Braggi (Burton), tiene que casarse con el hermano menor de este, Antonio (Ian Bannen), para cumplir el último deseo (y el testamento) del padre de ambos. El matrimonio, no muy feliz por otra parte, dura poco tiempo, ya que ella enviuda joven, al morir Antonio en un accidente de coche.

Sophia Loren y Richard Burton, en el filme.

Años más tarde, César ejerce el papel de cuñado y jefe de familia mientras Adriana sigue metida aún en el papel de viuda enlutada. Pero cuando ella muestra señales de una grave enfermedad, César la obliga a embarcarse en el primer viaje de su vida en busca de curación. Un viaje en el que los sentimientos ocultos de ambos vuelven a primer plano y resucita el amor. Pese a las habladurías y a la oposición de la madre de él, la pareja pone rumbo hacia Venecia con la intención de casarse.

Como veis, la parte veneciana de la película se desarrolla en el desenlace del filme, desde el minuto 80. Así, veremos como una góndola traslada a la pareja desde la estación de tren hasta el centro de la ciudad, pasando por la laguna, envuelta en la bruma. El gondolero conduce a la pareja por el Rio della Canonica hasta el muelle situado junto al Ponte della Paglia, muy cerca del Puente de los Suspiros.

Desde allí, la pareja camina unos metros hasta la entrada del famoso Hotel Danieli de la Riva degli Schiavoni. Allí mismo, junto al puente y el Rio del Vin, un chico vende periódicos y vocea la noticia de portada: el atentado de Sarajevo del 28 de junio de 1914 en el que murieron el archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, la condesa Sofía Chotek, que daría origen a la Primera Guerra Mundial.

Lo que muestra luego la película es el la recepción y el vestíbulo de este lujoso establecimiento. La pareja, precedida por un empleado del hotel, asciende por escalera que bordea el patio interior del hotel, y que no volvería a aparecer tan claramente hasta ‘The tourist‘, 46 años más tarde. Después, en un breve picado desde la parte superior, la cámara enfoca a la pareja mientras sube, momento en que Adriana sufre un pequeño vahído.

Fachada del Hotel Danieli (junto al puente, a la izquierda).

La cámara de Ennio Guarnieri muestra la escalera, barandillas, balaustradas y columnas de mármol del Danieli, que tan famoso han hecho a este hotel y por el que, aseguran, han pasado desde mandatarios y políticos de todo el mundo hasta músicos tan famosos como Richard Wagner y Claude Debussy, y escritores como Goethe, Balzac, Dickens, Proust, Jean Cocteau, Percy Shelley, John Ruskin y Truman Capote, sin olvidar a numerosos actores y directores de cine, como Angelina Jolie y Johnny Depp, durante el rodaje de ‘The tourist’ (2010).

Y claro desde los balcones de la lujosa habitación donde se alojan Adriana y Cesar se perfila la silueta de San Giorgio Maggiore mientras… No sigo Y no os cuento más, para no destripar el final del filme, pero gracias a este melodrama Sophia Loren se llevó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián de 1974 y el premio David di Donatello a la mejor actriz de aquel año.

El vestíbulo del hotel e inicio de su famosa escalera.

La habitación más cara del Hotel Danielli es la Suite Real Doge Dandolo, dedicada al Dux Enrico Dandolo, un hombre que gobernó la República Veneciana cuando ya era octogenario… ¡y ciego! Esta suite ocupa una esquina del piso principal y tiene unos amplios balcones con vistas tanto a la laguna como al Gran Canal. Tiene 150 metros cuadrados y su tarifa es a partir de 12.000 euros la noche. Las habitaciones más sencillas cuestan a partir de 345 euros la noche, según la temporada.

Esa suite lleva el nombre del edificio, el Palazzo Dandolo, que fue construido en el siglo XIV por esa familia aristocrática veneciana con cuatro dux en sus filas. En siglos posteriores pasó por las manos de otros apellidos nobles que también dieron nombre a diferentes palacetes de la ciudad (Gritti, Bernardo, Mocenigo, Nani… ), hasta que el friuliano Giuseppe Dal Niel, a quien apodaban Danieli, primero alquiló una parte y más tarde compró y convirtió en hotel en el año 1822.

Una de las habitaciones, con San Giorgio Maggiore al fondo.

Fue este quien impulsó la reforma del establecimiento y ese interior neogótico que se le conoce en la actualidad, logrando un mejor paralelismo con su fachada, en la que destaca la piedra de Istria de la puerta y ventanas geminadas góticas. El elemento central de su interior es el vestíbulo principal, dominado por su escalinata dorada y sus galerías decoradas con arcos y columnas orientales.