Cada año, a finales de diciembre, el amigo José López Pérez me pide que elabore una lista con las mejores series del año que ahora finaliza para la ecléctica web Nosolocine.net que me acoge de vez en cuando, y donde publiqué este texto en primer lugar, el pasado 17 de diciembre. También encontraréis al final dos podcast sobre el tema, que grabamos juntos los dos unos días más tarde.
Es un ‘top ten’ de las ficciones que he podido ver durante estos meses, si bien la ingente producción que ha llegado a las teles convencionales y al ‘streaming’ hace casi imposible abarcar todos los canales y plataformas digitales. Así que el lector perdonará si aquí incluyo alguna serie de 2021 pero que he visto en 2022.
Sophia Loren e Ibrahima Gueye, en ‘La vida por delante’.
Como seguramente sabéis, desde 2010 Sophia Loren (1934) había dejado de actuar en el cine y la televisión, hasta que su hijo Edoardo Ponti la recuperó en la película ‘La vida por delante‘ (2020). Yo la he querido rescatar más joven, cuando estaba a punto de cumplir unos esplendidos 39 años, en el verano de 1973.
De la mano de su esposo, el famoso productor italiano Carlo Ponti, se embarcó en la película ‘El viaje‘, el último trabajo del gran Vittorio de Sica (1901-1974), uno de los directores clave del neorrealismo italiano, y nada menos que con Richard Burton a su lado. Además, y por eso aparece este filme en ‘Venecia de cine’, filmada parcialmente (su tramo final) en la ciudad de los canales.
Aunque yo ya había incluido a ‘Los Bridgerton’ entre mis diez series favoritas del año 2021, en un texto publicado en diciembre en la web de Nosolocine.net y también aquí, en este mismo blog, lo cierto es que ha sido un comentario en Twitter de la crítica de cine Beatriz Martínez el que me ha impulsado a escribir estas lineas sobre la segunda temporada de esta serie de Netflix, que he publicado inicialmente también en Nosolocine y replico aquí.
Mi apreciada Beatriz decía lo siguiente:
Es genial, Bea! Esta noche cae el último episodio. Todos los actores están estupendos. Y los guionistas? My god!
Como veis por mi respuesta, ambos estábamos enganchados.
Los libros de Julia Quinn, en Ediciones Urano.
Para no adelantar acontecimientos y para quienes aún no sepan nada de esta serie, dejadme que os explique algunas cosas sobre ella, aunque alguna igual os suena ya conocida. Se trata de una ficción basada en unas novelas románticas de carácter histórico de la estadounidense Julia Quinn. Esta escritora, con elementos comunes a autoras como Corín Tellado, Danielle Steel y E. L. James, posee un humor soterrado y un calado feminista que la hacen mucho más atractiva.
Esto de elegir las series preferidas del año no me gusta mucho, porque ya se sabe que esa es una tarea que comienza a ser imposible. Hay tanta producción, que seguramente me dejo cosas en el tintero. Trabajos que a cualquier lector le podría parecer absurdo no haberlo nombrado.
Pero, como mi incansable amigo José López Pérez me ha pedido que me moje en Nosolocine.net, pues vamos allá, con un top ten aproximativo. Quizá alguna serie esté en la frontera del 2020, pero son las que yo he visto y disfrutado durante este 2021.
Entre las diferentes series y películas que ha estrenado estos días la plataforma Netflix, me lo estoy pasando en grande con la titulada ‘Lupin’. Hay varias razones: remite a un detective literario clásico, tiene al simpático actor negro Omar Sy como protagonista y es muy entretenida.
La trama se centra en las aventuras de Assane Diop, un tipo tan hábil a la hora de disfrazarse o camuflarse, que es capaz de planear y ejecutar el robo de un valioso collar del interior del Museo del Louvre sin que le pillen. Algunas escenas retrospectivas muestran la niñez del personaje y la razón que le ha llevado a convertirse en un ladrón de guante blanco, al mismo tiempo que vemos otras escenas domésticas con su hijo y la madre del niño, de la que parece estar separado.
A lo largo de los primeros cinco episodios en que Netflix ha querido dividir la primera temporada, que consta de 10, el espectador comprueba de forma explícita de dónde le viene la inspiración al protagonista, algo de lo que un inspector de la policía pronto empieza a sospechar: Arsène Lupin, el personaje creado por el novelista francés Maurice Leblanc (1864-1941), un escritor coetáneo de Arthur Conan Doyle (1859-1930), autor de las aventuras del famoso detective de ficción Sherlock Holmes.
Y si la primera novela de este último fue ‘Estudio en escarlata’ (1887), el debut del francés se produjo 20 años más tarde con ‘Arséne Lupin, caballero ladrón’ (1907), si bien el personaje ya había aparecido en una serie de relatos publicados en 1905. De hecho, Leblanc era un reconocido escritor de cuentos cortos desde 1890. La saga completa de novelas del Lupin de Leblanc consta de 20 volúmenes, más varias secuelas autorizadas escritas por Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
Como el Lupin literario, una especie de Robin Hood que había estudiado Derecho y Medicina, experto en lenguas clásicas e ilusionismo, en boxeo y esgrima, el protagonista de la serie ha sido creado con elementos similares por el guionista George Kay, co-creador de ‘Criminal’, otra serie de Netflix, y previamente, de un par de episodios de la sensacional ‘Killing Eve’.
Así, Assane Diop es un hombre cultivado y experto en arte, que se mete en la piel de un adinerado coleccionista pero que también puede aparentar ser un trabajador de la limpieza e incluso un chorizo de poca monta, capaz también de desembarazarse de un malvado sin contemplaciones, entrar en una prisión y salir indemne de ella, además de mostrar la ternura de un padre con un niño de corta edad.
Un personaje así no podía ser adjudicado a cualquier actor francés. Y el gran acierto de los responsables de la serie ha sido cambiar de raza al Lupin de inicios del siglo XX para vestirle con los rasgos de Omar Sy, el coprotagonista del filme ‘Intocable’, junto François Cluzet, un papel que le proporcionó un César en 2012 y el salto a la fama, después de años en los que había formado dúo cómico con el también humorista Fred Testot.
El actor, de origen mauritano-senegalés, rasgos inconfundibles y metro noventa de estatura, aporta frescura y simpatía al personaje, con toques de acción, drama y comedia. Tras haber participado en pequeños papeles en filmes de producción internacional (‘X-Men: días del futuro pasado’, ‘Jurassic World’, ‘Inferno’), ahora se consagra con esta serie, de la que sale bien airoso. Ahora habrá que esperar a que Netflix estrene la segunda tanda de cinco episodios que completarán la primera temporada de las peripecias de este Lupin moderno.
Me extraña que en un país como el nuestro, donde el fútbol ocupa horas y horas de televisión, no se haya publicitado mucho más de lo habitual en las producciones de Netflix una serie como ‘Un juego de caballeros’, que narra los orígenes de este deporte. Quizá sea porque ‘The english game’ (su título original) va de mucho más que del balompié.
Vayamos por partes. En el origen de la serie está el británico Julian Fellowes, el oscarizado guionista de ‘Gosford Park’ (2001), autor del libreto de películas como ‘La feria de las vanidades’ (2004), ‘La reina Victoria’ (2009) y ‘The Tourist’ (2010), además de creador de la exitosa serie ‘Downton Abbey’ (2010-2015). Se conoce menos que Fellowes, también novelista, productor y realizador, posee un título de barón y que pertenece al partido conservador, aspectos de su vida que seguro ha sabido aplicar a sus historias. Netflix le fichó para que creara y produjera esta estupenda ficción, que hace disfrutar no sólo a los aficionados al fútbol.
La historia se sitúa en 1879, pocos años después del nacimiento de la Football Association inglesa, que en 1863 había propuesto unas primeras reglas para practicarlo, más allá de dar patadas a un balón y meterlo en una portería. Esta asociación instauró la FA Cup, una competición de eliminación directa, como la actual Copa del Rey, por ejemplo.
Era una época en la que todos los jugadores eran aficionados, en la que equipos de jóvenes aristócratas disfrutaban de lo lindo con aquel ‘juego de caballeros’ y en la que nuevas formaciones, integradas por trabajadores, aspiraban a ganar a los señoritos.
La trama se centra en la rivalidad entre el equipo favorito de la clase alta, Old Etonians, formado por antiguos alumnos del famoso colegio Eton, de donde han salido siempre las élites del Reino Unido, y el Darwen, propiedad del pequeño industrial algodonero James Walsh e integrado por trabajadores de su fábrica. El empresario, un hombre hecho a sí mismo y procedente de la clase baja, deseoso de ganar la copa, decide fichar de tapadillo y pagándoles (algo prohibido entonces) a dos jugadores escoceses, que darán la sorpresa a los estirados caballeros de Eton.
Al frente de estos últimos está Arthur Kinnaird, el capitán y jugador estrella de los Old Etonians, un personaje con un interesante desarrollo a lo largo de la trama. Aquí es donde Fellowes aplica sus conocimientos: este joven aristócrata, hijo de banquero, pasa de un cierto desprecio hacia la clase trabajadora a una progresiva comprensión de sus necesidades, al mismo tiempo que vemos cómo mejora la relación con su joven esposa, maltrecha a raíz de un triste suceso.
Lord Arthur Fitzgerald Kinnaird existió realmente. Fue una de las primeras estrellas del fútbol inglés, ganó cinco veces la FA Cup y fue presidente de la Asociación de Fútbol inglés durante 33 años, desde 1890 hasta su muerte, en 1923, cuando tenía 75 años. Y ciertamente, como apunta en varios momentos la ficción de la serie, desarrolló una posterior labor filantrópica, financiando la creación de varios orfelinatos. Le encarna el atractivo actor inglés Edward Holcroft (1987), hasta ahora un secundario en filmes como ‘Kingsman: servicio secreto’ y ‘Kingsman: el círculo dorado’, así como en las series ‘London Spy’ (2015), ‘Alias Grace’ (2017) y ‘Gunpowder’ (2017).
De la misma forma, Fellowes apuesta también por un buen desarrollo (con diversas licencias narrativas, como es lógico) del otro personaje protagonista (el antagonista), Fergus ‘Fergie’ Suter, uno de los primeros futbolistas profesionales. Nacido en Glasgow, en 1857, hijo de un borracho maltratador, dejó la albañilería por el fútbol para ayudar a su familia a salir de la pobreza. Empezó en el Partick escocés antes de viajar hacia el sur, para jugar, cobrando un pequeño sueldo, con el Darwen, el equipo de esta localidad inglesa del condado de Lancashire.
La narración avanza al tiempo que muestra la difícil relación de Suter con los otros jugadores del equipo, unos aficionados que no cobraban por ello, aunque sí por trabajar en la fábrica de algodón del propietario y su ambigua postura ante una huelga planteada por los operarios cuando el gremio de algodoneros decide recortar unilateralmente los sueldos y que Fellowes dibuja con trazo grueso y sesgado (la postura de los obreros, claro).
La serie incide también en las complicadas relaciones con su padre y su deseo de proteger a su madre y hermanas, así como sus dudas a la hora de fichar por otro equipo que, como ocurre aún en estos días, cuando la lealtad a una camiseta se topa con una oferta económica mayor. El actor escocés Kevin Guthrie (1988), conocido por su buen hacer en las películas ‘Amanece en Edimburgo’ (2014), de Dexter Fletcher, y ‘Sunset Song’ (2015), de Terence Davies, es el encargado de interpretar, y muy bien, a Fergie Suter.
En conclusión, ‘Un juego de caballeros’ es una de esas producciones inglesas perfectamente producida, dirigida, ambientada e interpretada que merece la pena tener en cuenta.