Os quiero hablar de un par de correos que me han llegado por diversas fuentes y que me hablan de emprendedores en el terreno audivisual.
Veamos el primero. Se trata de los trabajos de la empresa Baud Pro. No la conozco personalmente, pero cuya factura y temas me han parecido interesantes. He conocido su proyecto vía Albert Fuguet y su blog El llautó (el latón, la hojalata, en castellano), que escribe unas entusiasmantes historias de emprendedores, cuyas versiones en vídeo podéis encontrar en la sección De 8 a vuit (de ocho a ocho) de la citada productora.
En cuanto al segundo, parte de un encuentro ocasional, hace dos años y medio, con el actor Oli Miró.
Me escribe para explicarme la iniciativa que él y otros compañeros de profesión han puesto en marcha, una cooperativa que han llamado Cortosdemetraje y cuya explicación dejo en sus manos, porque me parece tan apasionada como interesante.
«Nuestro sector va muy mal, los compañeros no tienen trabajo y los que tienen trabajo están mal pagados. Las productoras abusan de los actores y equipo técnico. Si tienes un buen guión, si no te lo roban, al final te lo plagian o te pagan cuatro duros.
La pasión que tenemos por este mundo no nos la puede robar nadie y ansiamos trabajar cada día, no una o dos veces al año, con un corto o un piloto para una serie.
Solución, vamos a crear nuestra propia programación en Cortosdemetraje TV, porque no nos sentimos identificados con la televisión que se crea en España y pensamos que nosotros lo podemos hacer mejor.
Queremos trabajar cada día y de lo que más nos gusta. Lo único que nos da esa continuidad es la televisión y si no tenemos cabida en la televisión actual, crearemos nuestra propia televisión. Cuando tengamos los equipos montados en toda España, no sólo podremos hacer nuestra propia programación, si no que además podremos dar servicios de producción en toda España a empresas nacionales y extranjeras.
Tenía dos opciones, una es montar mi propia empresa, pero si hacía eso, no solventaba para nada vuestros problemas, los míos sí, porque explotaba a todo el personal como hacen ahora las productoras y te aseguro que me forraba. La segunda opción es que comparta la empresa entre todos, que cada uno fuese dueño y a la vez trabajador. La solución es una cooperativa, una empresa transparente y democrática en la que todos somos dueños y trabajadores.»
La carta que me envía Oli es más extensa, pero no pretendo cansaros con ella. Sólo sugeriros que os paséis por el sitio y echéis una ojeada.