Carteles del filme.

Estrenada en España con el título de ‘Mujeres en Venecia’ y en Francia con el más potente ‘Guêpier pour trois abeilles’ (avispero para tres abejas), el filme inglés ‘The money pot’ (el bote del dinero) fue la última película de Joseph L. Mankiewicz, famoso guionista y director de películas tan notables como ‘Eva al desnudo’, ‘La condesa descalza’, ‘Cleopatra’ y ‘La huella’.

El realizador estadounidense decidió adaptar la obra teatral ‘Il Volpone‘, de Ben Jonson, en una comedia con elementos de intriga y humor negro, protagonizada por el veterano Rex Harrison, en el papel del millonario señor Fox, y Cliff Robertson, como McFly, un actor al que contrata para ayudarle a gastar una broma macabra a tres de sus antiguas amantes.

Fox las escribe, asegurando que se está muriendo y las invita a su palacio veneciano con la ambigua promesa de que podrán heredar su fortuna. Ellas tres son las grandes actrices Susan Hayward, Edie Adams y Capucine, a las que se suma la estupenda intérprete británica Maggie Smith, bellísima en uno de sus primeros papeles para el cine. Acababa de obtener una candidatura al Oscar como mejor actriz de reparto por el ‘Otelo’ de Laurence Olivier y ganaría su primera estatuilla en 1969 como protagonista de ‘Los mejores años de Miss Brodie’.

Maggie Smith, en Venecia.

Volvamos a la película, en cuyo inicio, Rex Harrison contempla en solitario ‘Il Volpone’, en una función privada. Está en un palco que parece de La Fenice. Cuando ha visto lo que quería, aplaude a los actores, sale del palco del teatro y, mientras aparecen los títulos de crédito, atraviesa varias salas y se dirige hacia una puerta lateral, por donde sale al exterior y se sube a una góndola.

En efecto, estamos en Venecia, de la que el filme va a mostrar muy poquitas cosas, ya que la mayor parte se desarrolla en escenarios interiores, filmados en los famosos estudios romanos de Cinecittà. Uno de esos lugares se muestra en la siguiente escena, cuando Cliff Robertson desciende de una góndola en un muelle que tiene dos leones dorados junto a las escaleras y se dirige hacia un lujoso palacete. Se trata del Palazzo Soranzo Van Axel, un importante edificio de estilo gótico tardío situado en el barrio de Cannaregio, no muy lejos de la iglesia de los Miracoli.

El caserón está situado entre los canales Rio de la Panada y Rio de Ca’ Widmann. Su fachada y bonita puerta de madera de la entrada se pueden ver desde la Fondamenta de le Erbe, a la que se accede desde la Calle de le Erbe y, también, desde la Calle Castelli. Todo ello a un paso de la iglesia de Santa Maria dei Miracoli, en el ‘sestiere’ de Cannaregio. De propiedad particular, el palacete estuvo alquilado durante años al departamento de Educación de la región del Véneto. Ahora, tras una amplia restauración parece destinado a convertirse en hotel.

Palazzo Soranzo Van Axel (foto de Wikipedia)

El Palazzo Soranzo Van Axel, también conocido como Ca’Soranzo, fue construido entre los años 1473 y 1479 por Nicolò Soranzo. Más tarde, el palacete pasó a manos de Alvise Venier, luego, a las del obispo Mateo Sanudo, y en 1628 a las de la familia Van Axel, ricos comerciantes y aristócratas flamencos. Tres siglos más tarde, en 1919, el edificio fue comprado por el barón y anticuario Dino Barozzi, pariente del escritor y periodista Paolo Barozzi, toda una eminencia sobre la famosa Peggy Guggenheim y amigo suyo.

Para el rodaje de ‘Mujeres en Venecia’, el director artístico de añadió a esa localización unas plantas y unos típicos leones alados venecianos junto a las escaleras de acceso al muelle. Un atrezzo de quita y pon, evidentemente. En el contraplano en el que Maggie Smith, en su papel de señorita de compañía de Susan Hayward, le reclama a esta el dinero para pagar al barquero de la motora que las ha trasladado hasta allí, se observa detrás de ella el Ponte de le Erbe. En otro plano aparece una motora-ambulancia de la época, atracada allí para trasladar el cuerpo de uno de los personajes protagonistas que aparece muerto en la película.

La llegada de Susan Hayward y Maggie Smith al palacete.

Es casi el único escenario real veneciano de la película, ya que el director apenas incluye alguna pincelada más de la ciudad. Por ejemplo, hacia el minuto 50, Maggie Smith y Cliff Robertson pasean y hablan de una llavecita que ella lleva en la muñeca, la que abre la caja de medicinas de su señora. Pese a la dificultad de identificarla en la oscuridad, estamos en el Campo dei Santi Giovanni e Paolo, junto a la Basílica y la Scuola Grande de San Marco, sede del Ospedale veneciano.

Luego, la pareja sale de la plaza hacia la calle Barbaria delle Tole. Tras beber unas copas en uno de los bares de San Marco, toman una góndola que les acerca de nuevo a Ca’ Soranzo. Sin destripar el final de la comedia, diremos que el último y divertido plano es un picado sobre dos personajes que caminan y medio discuten en una Piazza San Marco con restos de una marea alta.

Susan Hayward.

Como curiosidad os diré que la cantidad que Susan Hayward paga por el viaje en taxi acuático era de 7.000 liras de la época (1966), cantidad que Maggie Smith traduce a 11 dólares y 7 centavos, y que la Hayward reduce por el morro a 4 dólares y 40 centavos de propina. La primera cifra vendría a ser unos 75 euros actuales y la segunda, unos 30. En la actualidad, una motora desde el aeropuerto a un hotel del centro de Venecia sale por unos 100 euros y la mitad si es desde la estación de tren.