No me gusta la utilización de cámaras ocultas para incluirlas en un reportaje periodístico.
El caso más reciente ha sido el de Mikel Epalza, cura vasco de la diócesis de Baiona grabado, según afirma el sacerdote, sin su conocimiento y autorización por un equipo de El Mundo TV para un reportaje emitido por Antena 3 TV.
Existe algo que se llama ética: oiga, yo soy periodista… ¿quiere responder públicamente a lo que yo le pregunto? Y si me dice que no, pues es que no… y si pide que su respuesta sea «of the record», o sea, fuera de grabación, pues se le ha de respetar.
Esa otra forma de periodismo, la de la cámara escondida, quizá sea la única manera de lograr pruebas contra unos delincuentes o contra unos sinvergüenzas, pero ése no es nuestro trabajo. Quizá lo sea de los espías o los policías, pero no el de los periodistas.