Estaba yo haciendo un poquito de deporte en el gimnasio, por aquello de rebajar los kilitos de más que a uno se le ponen en torno al cinturón, cuando me fijé en una de las pantallas de televisión que nos han colocado en la sala.
Era una retransmisión del triatlón femenino del pasado día 11 en Sidney, que ofrecía el canal Teledeporte de TVE.
Me impresionó ver a aquellas jóvenes nadando, en bici y corriendo… pero me maravilló la progresión de una mujer chiquita que en el último tramo lograba avanzar a unas competidoras una cabeza más altas que ella.
Cuando atravesó la y la enfocaron, vi que se llamaba Bárbara Riveros Díaz y que era chilena.
Busqué en internet hasta llegar a la página de la organización de los Campeonatos del Mundo de  Triatlón, y al artículo sobre el triunfo de la corredora y a su perfil, todo en inglés.
Y luego descubrí que la atleta tiene su propia página web, y en ella, el relato que la chica hace de la prueba y que titula de esta forma: «¡Oh, mierda, qué batalla! Discúlpenme por la expresión. Esto sí que fue un rock and roll en una fiesta de miedo».
Al leer esta frase, no pude dejar de leer hasta el final. Vale la pena.
Os resumo y cito algunas frases:

«Los pelos se me pusieron de punta de lo emocionada que me sentía. Verme ahí plasmada en la portada de la pagina de ITU venciendo a las dos, a Andrea Hewitt y Moffatt, la invencible Moffatt del año pasado y medallista de bronce en Beijing. Las emociones que me emanaron en ese momento jamás las volveré a olvidar (…) Emergí de las aguas en la posición 40ª, pero a 46 segundos de las líderes. Supe que no estaba en mi mejor posición, pero tan poco tan mal. Salté rápidamente a mi bicicleta y emprendí el arranque en busca de ellas (…) Vamos, campeona, cree en ti… Bajé, dejando fluir mis brazos, cerrando mis ojos por momentos… La rotonda estaba allí, el plano y la última curva previa a la meta. Sobrepasé la rotonda y en mi mente renació previas sesiones de entrenamientos en las cuales me había puesto en este escenario. Chica, demuéstrate si has hecho bien tu trabajo… Una cerrada curva y últimos metros. Solo escuchaba al comentarista que decía: «Estan ahí, Hewitt, Moffatt… Pero, miren a la chilena. Parece que se lo va a llevar por primera vez en la historia». Y miré por encima de mi hombro y supe que era mío… Y con garra de guerrera apreté fuertemente mis puños, cortando la cinta en primera posición (…) Seis meses atrás cruce la meta en la posición 36ª y ahora era la primera»