El amigo Silvano Andrés de la Morena es un profesor y poeta soriano afincado en Barcelona.
Difíciles oficios ambos: profesor y poeta.
El primero, sometido a los vaivenes de la política conservadora, a los recortes que impulsan hacia lo alto a los de arriba y hunden en un pozo a los de abajo.
El segundo… Ay, son malos tiempos para la cultura.
Silvano escribe poesía en castellano en un entorno complejo, en donde se potencia más el catalán.
Pese a ello, acaba de publicar dos libritos de poemas: La línea del tiempo y El aire que se respira.
Pero la poesía es capaz de extraer rima del petróleo.
Os dejo un fragmento de un poema de su segundo libro, en el que la economía es una buena excusa para la inspiración.
«[…]Salgo a la calle, a ver quién puede aclarar/
tanto desaliento y me comentan/
que el hgasto, la erosión de solvencia,/
los incentivos dudosos y los improbables,/
acabarán en el balance de activos burbujeantes,/
intangibles, volátiles, circulantes, variables,/
fijos, líquidos, inmateriales,/
gracias a la hermosura de una destrucción creativa[…]»
L’amic Silvano Andrés de la Morena és un professor i poeta sorià establert a Barcelona.
Difícils oficis ambdós: professor i poeta.
El primer, sotmès als vaivens de la política conservadora, a les retallades que impulsen cap amunt als de dalt i enfonsen en un pou als de baix.
El segon … Ai, són mals temps per a la cultura.
Silvano escriu poesia en castellà en un entorn complex, on es potencia més el català.
Tot i això, ha publicat dos llibrets de poemes: La línea del tiempo y El aire que se respira.
Però la poesia és capaç d’extreure rima del petroli.
Us deixo un fragment d’un poema del seu segon llibre, en què l’economia és una bona excusa per a la inspiració.
«[…]Salgo a la calle, a ver quién puede aclarar/
tanto desaliento y me comentan/
que el hgasto, la erosión de solvencia,/
los incentivos dudosos y los improbables,/
acabarán en el balance de activos burbujeantes,/
intangibles, volátiles, circulantes, variables,/
fijos, líquidos, inmateriales,/
gracias a la hermosura de una destrucción creativa[…]»