Hay películas sobre Venecia que cuesta encontrarlas, sobre todo si su título es el mismo de otra cinta o si ostenta diferentes versiones según el país donde se ha estrenado. Una de ellas es de la que os escribo hoy, este ‘Venetian bird‘ (pájaro veneciano) que se tituló ‘Intriga en Venecia en su traducción al castellano.

El filme en cuestión es de 1952 y coincide con otro título idéntico posterior del año 1967, del que ya os escribiré más adelante, porque tiene cosas muy chulas. Del que os hablo hoy es un filme en blanco y negro de 95 minutos, del realizador inglés Ralph Thomas, que desde 1954 dirigió una exitosa serie de comedias iniciada con ‘Un médico en la familia‘ y que daría una gran popularidad a su protagonista, un joven Dirk Bogarde, años antes de su ‘Muerte en Venecia‘.

Este ‘Venetian bird‘ contó con un guión de Victor Canning (1911-1986), a partir de su propia novela homónima. De notable éxito en las décadas de 1950, 1960 y 1970, este prolífico escritor británico se alistó en el Ejército en 1940 y tras unos años como experto en baterías antiaéreas en el sur de Inglaterra, fue enviado al norte de África en 1943 y participó en la invasión aliada de Sicilia e Italia. Al acabar la Segunda Guerra Mundial se licenció con el grado de mayor, en 1946.

Tanto su novela veneciana como el guión de la película parten de su experiencia en la campaña italiana. Richard Todd, Eva Bartok y John Gregson encabezaron el reparto del filme, que en EEUU se titularía ‘The Assassin‘ (nombre con el que he podido localizar una copia en YouTube). Obra de la famosa productora británica Rank, la que empezaba sus filmes con un enorme gong, fue rodado en un precioso blanco y negro por el director de fotografía Ernest Steward.

Todd, un actor que había sido descubierto por Alfred Hitchcock dos años antes en ‘Pánico en la escena‘ (1950), es el protagonista. Interpreta a Edward Mercer, un detective privado británico que es contratado para viajar a Venecia y localizar a un italiano, Renzo Uccello (Gregson), que había ayudado a aviadores aliados durante la guerra. Cuando comienza a investigar, Mercer descubre que Uccello no es lo que parece y que está involucrado en un complot para asesinar a un líder político.

Gracias a Thomas y a su operador, Steward, descubrimos una Venecia pocas veces vista en el cine: la de sus azoteas y tejados. Así, el inicio de la película, ya durante los títulos de crédito, en un plano en picado, la cámara muestra a uno de los moros de bronce de la Torre del Reloj de la Piazza San Marco golpeando la campana en primer término y la Piazzeta, las dos columnas, el canal y San Giorgio a lo lejos.

Un plano muy similar, pero tomado desde otro ángulo, lo reproduciría un cuarto de siglo más tarde el director de fotografía Jean Tournier, en ‘Moonraker’ (1979), películas de la que ya os había hablado en ‘Roger Moore pasea en góndola‘.

Con la siempre maravillosa música de Nino Rota de fondo, la cámara de Steward efectúa una panorámica hacia la derecha para mostrar la plaza de San Marcos desde lo alto, con el nombre de Thomas sobreimpresionado en los créditos.

Tras ese comienzo, vemos al detective que desciende de un ferry en la parada de San Zaccaria, entre decenas de personas que bajan del barco, pero desde luego no aparenta ser un turista ni un veneciano más: va trajeado, usa sombrero, lleva una pipa en la boca y una bolsa de viaje en la mano.

Se dirige a través de la Riva degli Schiavoni hacia la Piazza San Marco. Un cuarteto de cuerda en primer término interpreta la banda sonora de Rota, mientras Mercer se acerca a la cámara, con el Palacio Ducal y la plaza en segundo término. Después se acerca a un fotógrafo callejero y le pregunta por una dirección. Suenan las campanas de la Torre y cientos de palomas alzan el vuelo.

Después de esta escena, una localización tópica y típica, veremos al detective buscar un hotel donde alojarse e iniciar sus pesquisas, cuyos escenarios pasan por lugares como la Fondamenta San Giorgio Schiavoni y el Campo della Maddalena, donde le esperará más de una sorpresa, claro está.

También lugares ficticios, como la galería de arte del Palazzo Borian, donde Mercer conoce a la chica de la película, Adrianna Medova, personaje interpretado por la bella actriz húngara Eva Bartok, que acababa de intervenir en la popular cinta ‘El temible burlón’, junto a Burt Lancaster.

Hacia el final de la película, cuando Mercer, golpeado y retenido por los malos de turno en un palacio con vistas al Gran Canal, donde se desarrolla el desfile de góndolas y embarcaciones de la famosa Regata Storica veneciana, filmada seguramente desde la terraza del Hotel Bauer il Palazzo.

Nuestro héroe tendrá que liberarse para intentar detener al francotirador que pretende atentar contra un político y le perseguirá por los tejados y terrazas de los edificios que rodean la gran Piazza. Fin.