Las casualidades existen y a veces hacen que descubramos algo que conocíamos, que nos sonaba, pero que en realidad ignorábamos.
El azar ha combinado sus infinitas posibilidades en variadas formas: mis compañeras de trabajo hablando de música y del minuto a minuto de Eurovisión, en particular; un amigo que acudió anoche a ver a Bruce Springsteen en directo para celebrar el 35º aniversario de la aparición de ‘The River’ y homenajear a su hermano Jean Pierre, un amigo ya fallecido; unos familiares que te anuncian una actuación musical gratuita en un parque cercano y la propia curiosidad, esa innata tendencia que tenemos los periodistas por conocer lo que pasa alrededor y el deseo de comunicarlo.
Esas cuatro cosas, musicales todas ellas, combinadas, han hecho que me acercara con mi esposa y mi suegra a ver quién era el cantante. «Sí, ese que hace versiones», me han dicho mis familiares.
¿Versiones? En efecto, un chico alto, rubio, cabellos largos y barba, de claro aspecto nórdico, estaba ya cantando. Canciones superconocidas, la mayor parte catalanas y de la Nova Cançó, pero interpretadas en inglés. Asi, ‘Small country’ era el ‘Pais petit’, de Lluís Llach, y ‘With no voice’ era ‘Amb la boca tancada’, de Ramon Muntaner…
Había sillas vacías, sobre todo las que estaban al sol, porque el calorcillo apretaba a mediodía. Y el chico, luego identificado como Halldor Mar, bromeaba con su piel y el hecho de tener una sombrilla encima para lograr no parecerse a una gamba.
Ya sentados, ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’, de Jaume Sisa, sonaba ‘The sun could rise tonight’.
Y de repente, una referencia a una pieza propia: ‘Stranger in my own town‘ (‘Extranjero en mi propia ciudad’), la canción que -decía desde el escenario- ha compuesto para la banda sonora del programa ‘El foraster‘, de TV-3.
¿Cómo? No puede ser que allí delante, en el parque de Joan Miró, esté el autor de la preciosa sintonía del programa de Quim Masferrer.
Y sí que lo es. Empiezan a sonar las notas y la primera estrofa, y cojo el teléfono y empiezo a grabar un trocito para que podáis creerme.
Y sigue el recital y quienes estamos allí aplaudimos a rabiar, para que añada alguna canción más antes de despedirse.
No es el mejor lugar, y el mismo lo sabe, que cita la noche en varias ocasiones, pero hay que aplaudir a los programadores, Camí Amic, un regalo como este, en medio de un puente, con Barcelona medio desierta, salvo a los miles de culés que esperaban a la rúa que por la tarde llenará el Paral·lel para ver al Barça, ya campeón de Liga.
Al final de la actuación, nos hemos acercado a comprarle un disco. ¡Qué menos!
Podéis descubrir más cosas de Halldor Mar en su Facebook, su Twitter y en esta noticia que Marta Cervera publicó de él en El Periódico, y que incluye también un acústico.