Cuando era pequeño soñaba con una bicicleta y se la pedía con insistencia a los Reyes Magos. Siempre me defraudaron.
Cuando era un niño, jugaba con el perrito de la casa de mi abuela, pero los Reyes nunca me lo quisieron traer al piso donde vivía.
Ahora, ya mayor, pido cosas posibles a los magos de Oriente, como unas zapatillas, un cinturón, algún libro, disco o película, no vaya a ser que, encima, me dejen carbón.
This website uses cookies to improve your experience. We\'ll assume you\'re ok with this, but you can opt-out if you wish. Leer más