Me llega a través de un típico e-mail en cadena –de esos que normalmente van a la papelera, porque es otra forma de spam– un mensaje con un enlace a esta joven de complicado nombre, Severn Cullis-Suzuki, y una frase que me hace pinchar el enlace: «La niña que silenció al mundo».
Con esa frase, cualquiera no pica. Así que veo y oigo el vídeo, una filmación de 1992, con subtítulos en castellano.
Y pese al tiempo que ha pasado, no deja de engancharme un discurso puro, de una chiquilla que entonces tenía 12 años y fue capaz, no de silenciar al mundo, pero sí de cantarle las cuarenta al grupo de representantes de todos los países del mundo.
Como la curiosidad me pica, llego a su perfil en la wikipedia (en inglés) y de allí al de su padre, David Suzuki, un conocido científico genetista canadiense y activista que lucha por el medio ambiente (aquí podéis leer alguna cosa más sobre él), y al de su madre, la escritora Tara Elizabeth Cullis.
Como dice el refrán, de estos palos es lógico que surgiera aquella astilla.
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