Hace un par de meses, escribía en una entrada de este blog que había tres conocidos filmes, parte de cuyas tramas se desarrollan en el Campo San Barnaba, uno de los lugares más animados de Venecia y por donde suelen pasar los turistas camino del puente de la Academia o de la estación de tren: ‘Locuras de verano‘ (1955), de David Lean; ‘Indiana Jones y la última cruzada‘ (1989), de Steven Spielberg, y ‘The Italian Job‘ (2003), de F. Gary Grey.
De esta última y entretenida películas ya os he explicado varias cosas. Así que hoy hablaré de la segunda de ellas, la tercera entrega de Indiana Jones que, para mí tiene además un interés especial: estuve en el rodaje de algunas de las escenas que se filmaron en las provincias de Almería y Granada. Fue una grata aventura que ya os explicaré. Veamos ahora la visita de Indiana Jones a Venecia.
Indy (Harrison Ford) y su amigo Marcus Brody (Denholm Elliott) se suben a un avión en Nueva York con rumbo a Venecia (pasando sobre las Azores y Lisboa) en busca del padre de nuestro héroe, Henry Jones senior (Sean Connery). Ambos salen de un vaporetto, junto a la Basílica della Salute y con el Campanile de San Marcos al fondo, donde les espera la doctora Elsa Schneider (Alison Doody).
El trío se adentra en el barrio de Dorsoduro y caminan por la Fondamenta Gherardini, cruza el famoso Ponte dei Pugni, donde clanes rivales de venecianos se atizaban de lo lindo a puñetazos (de ahí su nombre) hasta su prohibición, en 1705. Con Elsa delante, Indy intentando ligar con ella y Marcus detrás, los tres continúan por el otro lado del muelle, pasan por delante de una barcaza dedicada a la venta de fruta y desembocan en el Campo San Barnaba.
Al llegar a esta plaza, un buen puñado de figurantes vestidos de época toman algo en la terraza de uno de los bares, mientras otros pasean, y la cámara muestra la imponente fachada de la iglesia de San Barnaba, con su torre de ladrillo detrás. Elsa quiere enseñarles la biblioteca donde Henry Jones desapareció mientras buscaba pistas del Santo Grial, en la sección de mapas de la ciudad de Venecia.
«Pues desde aquí no parece una biblioteca», dice Indy. «Más bien parece una iglesia», apostilla Marcus. A lo que Elsa replica que, en su día, sí fue una iglesia. En este momento y diálogo, ficción y realidad se mezclan porque la iglesia de San Barnaba ya no es tal: es un templo desacralizado, que ejerce la función de sala de exposiciones, con una muestra permanente dedicada a las máquinas de Leonardo da Vinci. En una próxima entrada os contaré más cosas de esta exposición.
El actual edificio nació sobre las ruinas de un templo anterior, probablemente del siglo X, pero adquirió su estructura y fachada clásica actual hacia el año 1749, con unas altas columnas de estilo corintio y el frontón diseñado por Lorenzo Boschetti.
En la ficción de la película, el interior de esa biblioteca, sus esculturas de leones y vitrales de caballeros, así como las catacumbas secretas ubicadas bajo ella, se construyeron en los famosos estudios Elstree del Reino Unido. Y ahí es donde el bueno de Indy destroza una losa para descubrir un pasadizo secreto.
Así, tras una serie de peripecias en el interior, con tumbas, fuego, agua y muchas ratas, Elsa e Indiana logran escapar a través de una alcantarilla, que abren en medio de las mesas de un café de la plaza y salen corriendo, perseguidos por los defensores de la Hermandad de la Espada Cruciforme.
Después, Elsa e Indy aparecen corriendo junto a una Calle Santa Lucia y unos muelles industriales (que podrían ser los de Venecia, pero no creo), donde se montan en una motora y se inicia una persecución en lanchas por unos muelles. Desde luego, esa calle no existe en realidad en esa supuesta localización, sino que el rodaje se efectuó en los estudios Elstree de Inglaterra unos días antes.
Tras la pelea entre Indy y Kazim, con la gran hélice de un barco detrás, destrozando una de las barcas, la otra motora vuelve hacia el centro y de nuevo estamos en la Venecia real, en esta ocasión el Canal Lavraneri, situado en la parte trasera de Sacca Fisola, una zona de la Giudecca muy poco turística, si exceptuamos el Molino Stucky, imponente edificio de una antigua firma harinera. que, actualmente, tras una amplia reforma, es un hotel de la cadena Hilton.
La escena finaliza cerca del Puente de la Accademia, con la Basílica della Salute al fondo. Detrás los ambos personajes, que hablan sobre el Grial, desfilan las fachadas de algunos de los palacios más famosos del Gran Canal, como el Palazzo Venier dei Leoni (sede de la Colección Peggy Gugenheim de arte moderno) y el Palazzo Barbarigo (ahora otro hotel de lujo). Finalmente, Kazim desembarca en el muelle del Palazzo Barbaro, donde le explica a Indiana que su padre está retenido por los nazis en un castillo fronterizo entre Austria y Alemania.
Este palacio, que en realidad son dos construcciones unidas, perteneció desde finales del siglo XIX a una rica familia de Boston, los Curtis-Conte, que durante buena parte del siglo XX acogió a numerosos artistas como invitados, entre ellos el pintor impresionista Claude Monet y el escritor Henry James, cuya novela ‘Los papeles de Aspern’ redactó en una de sus muchas estancias en el mismo.
Volviendo a Indiana Jones, su filmación en Venecia no fue fácil, ya que, contrariamente a lo que sería aconsejable, el rodaje fue en pleno mes de agosto de1988, cuando más turismo suele haber en la ciudad. Esto lo confiesa el británico Robert Watts (jefe de producción y luego productor asociado de George Lucas en las trilogías de ‘Star Wars’ y de ‘Indiana Jones’) en el ‘cómo se hizo’ de la película.
Watts explica que, tras gestionar los permisos necesarios, pudieron «adueñarse» del Gran Canal (en el tramo comprendido entre la Salute y el puente de la Accademia) entre las 7 de la mañana y la 1 del mediodía del lunes 8 de agosto. El director de fotografía, Douglas ‘Dougie’ Slocombe, consiguió que no se vieran las muchas antenas parabólicas que sobresalían al otro lado del muelle.
Como bonus track extra os dejo este vídeo que corre por YouTube, al parecer filmado mediante una cámara doméstica por el propio Steven Spielberg, en el que se ve a George Lucas y a varios miembros del elenco, como Alison Doody y Harrison Ford, haciendo una visita de cortesía en el cuartel de la policía de la ciudad.
Sean Connery, que no intervenía en ninguna escena veneciana del filme, también estaba invitado y firmaba autógrafos a diestro y siniestro. Todos ellos estuvieron alojados en el mítico Hotel Danieli de la Riva degli Schiavoni, bonito y carísimo, perteneciente en la actualidad a la cadena Marriott.
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