A inicios del 2020, ya en plena pandemia, la revista ‘Viajes’ de ‘National Geographic’, me publicó un pequeño reportaje sobre Fuerteventura, que me habían pedido unos meses antes, dado que yo había visitado por primera vez la isla canaria durante unos días de noviembre de 2013, hace diez años.
Aquella visita, que me gustó mucho, coincidió además con la presencia en la zona sur del equipo de rodaje de la película ‘Exodus’, en la que Ridley Scott recreó la huida de Moisés de Egipto. El director de ‘Alien’ y ‘Blade Runner’ escogió Cofete y Punta de Jandía para convertir estos lugars en la península del Sinaí y filmar así la persecución del ejército del faraón al profeta y la llegada de este al Mar Rojo.
La revista publicó el reportaje en papel y, posteriormente, el 27 de abril de 2020 una versión digital del texto en su web con fotos del banco de imágenes de iStock que lucen la mar de bien y que titularon así: «Fuerteventura, un paraíso a la vuelta de la esquina«. El texto original que envié a la redacción fue el que os dejo a continuación y que yo titulé con este ‘agua, arena y viento’ que veis aquí abajo.
Fuerteventura: agua, arena y viento
Fuerteventura, la isla canaria más cercana al continente africano, es una bella desconocida con más de 150 kilómetros de playas y aguas turquesas. Este paraíso de windsurfistas y kitesurfistas, también es ideal para amantes de la bici de montaña y el senderismo. Un destino perfecto para una escapada invernal. Llévese bañador, pero también una chaqueta.
Situada a unas tres horas de vuelo desde la península, el moderno aeropuerto del Matorral está a sólo seis kilómetros de Puerto del Rosario, la capital de Fuerteventura. Llamada Puerto Cabras hasta los años 50 del siglo pasado, esta ciudad fue el lugar al que llegó desterrado Miguel de Unamuno en 1924. Protagonista de la reciente película ‘Mientras dure la guerra’, de Alejandro Amenábar, su recuerdo perdura en muchos rincones de la isla majorera.
En la capital destaca una estatua de bronce de tamaño natural del intelectual vasco, obra del escultor Emiliano Hernández, instalada frente a la Casa Museo Unamuno, el antiguo Hotel Fuerteventura donde se alojó el filósofo y escritor hace casi cien años. El edificio está situado en la zona más céntrica de la ciudad, junto al edificio del Cabildo y frente a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
Tanto en Puerto del Rosario como en otras zonas de Fuerteventura se pueden ver numerosas esculturas al aire libre, algunas de ellas obra del propio Hernández, como las estatuas de Guise y Ayose, dos gigantes que presiden el Mirador de Betancuria, una atalaya de panorámicas privilegiadas a menos de 30 kilómetros de distancia. Esta localidad fue la primitiva capital de la isla y es el núcleo del Parque Rural Betancuria, espacio natural semidesértico, atravesado por una carretera que serpentea entre alturas cercanas a los 700 metros y barrancos de vértigo.
Si se sigue la ruta hacia el oeste llegaremos a Ajuy, el antiguo puerto de La Peña. En la zona norte de su playa de arena negra se inicia un camino pespunteado por dunas fósiles, que bordea la costa y, que tras pasar un mirador y un antiguo horno de cal, llega a unas escaleras que descienden hasta la entrada de dos enormes y profundas cuevas, comunicadas entre sí, que constituyen una maravilla por su antigüedad geológica.
Los casi 150 kilómetros que separan Corralejo, la localidad más al norte y el puerto desde donde parten los ferries hacia la cercana Lanzarote, y el Faro de Punta Jandía, en el extremo sur, aconsejan dividir la estancia en dos partes para poder disfrutar de Fuerteventura como se merece. Si bien es muy posible que el viajero pueda tomar el sol e, incluso, bañarse en las frías aguas del Atlántico, no olvide llevar un jersey o una chaqueta, porque por la noche suele refrescar.
El Parque Natural de Corralejo alberga un inmenso campo de dunas que parece desgajado del desierto del Sahara. Desde sus magníficas playas, frecuentadas por numerosos windsurfistas, se puede observar a tiro de piedra la salvaje Isla de Lobos. Se accede en barco, pero desde enero del 2019 es preciso solicitar un permiso para recorrer este espacio natural protegido.
A una decena de kilómetros se halla la más importante zona de volcanes de la isla. Entre estos destacan Las Calderas y, en especial, Calderón Hondo. Varias rutas bien señalizadas desde Corralejo y Lajares permiten acceder caminando hasta un mirador desde donde admirar su fotogénico cráter de 70 metros de profundidad. Un poco más lejos, hacia el sur, se encuentra el pueblo de Tindaya, cuya famosa ‘montaña mágica’ fue objeto de un polémico proyecto escultórico de Eduardo Chillida.
Hacia el noroeste se encuentra una zona costera llena de acantilados, tan bellos como peligrosos, que se asoman a la bravura del océano. Ensenadas y afiladas rocas se suceden a lo largo de este tramo de litoral, que tiene su punto más turístico en El Cotillo, núcleo con varios hoteles y restaurantes. El Faro del Tostón, que alberga un museo de la pesca, y las playas de arenas blancas de La Concha, Los Lagos y Los Charcos, completan la oferta norteña.
Pero si estos arenales son paradisíacos, las playas del sur de Fuerteventura no se quedan atrás. A lo largo de la principal carretera de la isla, el viajero puede hacer breves paradas en lugares con encanto como las Salinas del Carmen, el singular Faro de la Entallada y Costa Calma.
Esta última localidad alberga diversas calas de arena blanca y aguas de color turquesa que se unen en un largo arenal de más de dos kilómetros durante la bajamar, mientras que quedan parceladas por lagunas poco profundas durante la marea alta. La playas Esmeralda y Sotavento son las más apreciadas.
El extremo sur de Fuerteventura es un mundo aparte, una península donde se ubica el Parque Natural de Jandía, una zona de belleza extrema y desolada, donde escasean las carreteras asfaltadas. El camino de tierra, de unos 20 kilómetros, se inicia en la muy turística localidad de Morro Jable y desemboca en el faro de Punta Jandía. Otro faro, el de Punta Pesebre, se sitúa un poco más al norte.
Poco antes se halla la bifurcación hacia Cofete y su playa. Esta es una minúscula aldea, con un pequeño restaurante, en cuyos alrededores se encuentra un cementerio cubierto de arena y la misteriosa Casa Winter, una villa edificada por un ingeniero alemán en 1946 y que es objeto de diversas leyendas relacionadas con los nazis.
Y a los pies del viajero, entre el macizo montañoso de Jandía y el océano Atlántico, sorprende el inmenso arenal de Cofete, la playa virgen más famosa de las Islas Canarias, el escenario elegido por Ridley Scott para filmar la vida de Moisés en la película ‘Exodus’ (2014).
A lo largo de sus más de 12 kilómetros de longitud, el caminante puede descubrir el Roque del Moro, una gigantesca roca vertical en la parte sur, y el Islote, una pequeña isla unida a tierra firme a medio camino de la zona norte. La playa es preciosa e invita al baño, pero sea prudente: aquí, el mar es peligroso y las corrientes, traicioneras.
Cómo llegar
Varias compañías aéreas tienen vuelos directos hasta Fuerteventura desde diferentes capitales españolas y numerosas ciudades europeas. Entre ellas destacan las ‘low cost’ Vueling y Ryanair. Es posible el viaje en barco entre islas y también desde Huelva.
Cómo moverse
Si no usa una agencia de viajes o el transporte público (los autobuses de la empresa Thiade) para recorrer la isla, la mejor opción es el coche de alquiler. En general, cualquier automóvil permite circular por la amplia red de carreteras asfaltadas pero, para llegar a algunos rincones, es mejor apostar por un todoterreno ligero o un seguro a todo riesgo completo, ya que hay caminos de tierra algo traicioneros.
Gastronomía
En los últimos años, la deliciosa gastronomía canaria, a base de pescado fresco (‘la vieja’) y papas arrugadas con mojo verde, o también carne de cabra con berenjenas, puede degustarse en lugares como El Cotillo y Los Molinos, al norte, Las Playitas y Ajuy, en el centro, y El Puertito de Jandía, en el sur. Poco a poco, además, jóvenes cocineros reinterpretan la cocina tradicional con toques de modernidad que dan nueva vida a los productos locales, entre los que destaca Demian Zambrana, el chef de La Jaira de Demian, en Puerto del Rosario.
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