Àngel Llàcer, el popular y simpático profesor de la academia de Operación Triunfo, acaba de montar y estrenar el lunes la obra de teatro Tenemos un problema en la sala Villarroel de Barcelona.
Se trata de una adaptación de Erogenous zones, una típica comedia de enredo, pero agridulce y un punto vitriólica de Frank Vickery, que se presentó por primera vez en 1992, por la inglesa Sherman Theatre Company.
La obra explica las peripecias sentimentales de cinco personajes: Albert (Oriol Guinart), un gay que se enamora de su compañero de piso, Marc (Joan Negrié); éste, que no tiene claras sus tendencias sexuales, mantiene una aventura con Àlex (Mònica Rocafort), una casada infeliz; el marido de ésta, Quim (Aleix Albareda), mantiene a su vez una relación con una antigua compañera de universidad, Emma (Susanna Garachana).
Llàcer ha logrado imprimir un ritmo endiablado a la pieza de Vickery, ayudado por esos cinco entusiastas actores, entre los que brillan con luz propia Guinart y Garachana y, en cierta forma, Negrié. Los dos últimos ya habían trabajado con Llàcer ena la obra Ya tengo treinta, que dirigió el año pasado en el Teatro Condal.
Quizá me equivoque, pero me da la sensación que Llàcer hace aquí lo que algunos grandes actores de Hollywood: aprovecharse de la popularidad (y el sueldo) de un buen trabajo alimenticio, como lo de OT, para afianzarse en el más duro y difícil mundo del teatro.