Hace tiempo que me gradúo la vista y compro las gafas en la Óptica Marcos, justo frente al Mercado de Sant Antoni de Barcelona. Es una pequeña tienda de barrio donde su dueño, Albert, intenta ajustar precios y no engañar a la gente con el último modelo de la marca de moda, sino aconsejando al cliente en función de sus necesidades.
Digo que hace tiempo, porque en los años que le visito he visto crecer a su hijo Ermengol y estudiar la misma carrera que su padre. Hace unos días, además, el chico me sorprendió con el anuncio de un viaje: se iba unos días a África, a Senegal, con una joven ONG a graduar la vista a los nativos, entre los que hay numerosos niños albinos. Todo ello de forma altruista. La entidad en cuestión se llama Acción Senegal.
Albert Rodríguez, responsable de esta asociación, me ha escrito una carta en la que explica apasionadamente lo que hacen.
Nuestra Organización es muy joven, ya que la registramos en la Generalitat en el mes de febrero del 2009. Nació porque mi mujer, Ana, y yo mismo hacía varios años que viajábamos a países poco desarrollados intentando hacer algo por los demás… Dicho así puede sonar bastante pobre, pero supongo que fue un camino de unos años para encontrar nuestro camino y concentrar nuestras pequeñas posibilidades en algo más concreto.
En el año 2005 estuvimos por primera vez en Senegal y poco a poco vimos que podíamos trabajar de una manera más positiva por una serie de razones. Empezamos pues a ir una vez al año para conocer el país en profundidad e intentar comprenderlo (que es una palabra que muchas veces olvidamos). Poco a poco nos fuimos metiendo en pequeños, muy pequeños proyectos, que podíamos hacer con nuestras únicas y privadas posibilidades y pudimos poner en marcha campañas boca-oreja para recoger materiales diversos, básicamente ropa y medicinas, que llevábamos personalmente y entregábamos en nuestros viajes, algo que seguimos y seguiremos haciendo.
A partir del 2007 empezamos a viajar dos veces al año al país y en octubre del 2008 comprendimos que habíamos llegado a nuestro límite personal de poder hacer cosas y teníamos ya claros los diferentes proyectos y formas de actuar para los que necesitábamos ayuda. Y de ahí nació la asociación digamos oficial.
Nosotros llevamos adelante un proyecto en el que intentamos ver las necesidades concretas de la población, sobre todo rural del Senegal y, en función de nuestras posibilidades, luchar por conseguir pequeños proyectos.
Como ejemplo, el año pasado, en el 2009, conseguimos comprar y entregar un vehículo de transporte para enfermos del dispensario de Tomboronkoto, al este del país, que es un lugar donde hay más de 20 pequeños pueblos, con una población de más de 2.000 personas y que en 25 años de existencia nunca habían tenido ningún vehículo de cuatro ruedas para llevar a los enfermos más graves al hospital, que se encuentra a 38 kilómetros de distancia.
También suministrar gran cantidad de medicamentos y otros materiales. Del mismo modo, en este último viaje hemos hecho lo mismo para el dispensario de Dialacoto, que agrupa una población de más de 15.000 personas.
Bueno, sería casi imposible poderte dar información completa en unas líneas que quisiera simplificar al máximo.
El caso es que, una vez montada la asociación, hemos ido encontrando colaboradores de todo tipo, tanto desde la aportación económica fija como socio colaborador (con unas minicuotas de seis euros al mes) hasta donaciones privadas, actos diversos para recaudar dinero y un gran movimiento de recogida de material, ya que tomamos para llevarnos y distribuir personalmente, ropa, medicamentos, gafas graduadas, ordenadores portátiles y material escolar.
Y todo esto va creciendo cada vez más… Lentamente, pero sin parar, ya que los proyectos que tenemos son fáciles de entender para la gente que nos conoce y que ve una acción directa permanente.
Una de las acciones que llevamos también a cabo desde el 2005 es la que hemos llamado «operación arroz» y que consiste en que, unas semanas antes de cada uno de los viajes, abrimos una partida económica independiente que va directamente a una bolsa de dinero con la que, cuando estamo allí, compramos sacos de arroz de 50 kilos, que cargamos y entregamos en los lugares más necesitados, donde seguramente las cosechas no aseguran ni siquiera el poder comer durante todo el año… Con este sistema hemos entregado más de 5.000 kilos de arroz el año 2009.
No te quiero cansar más ya que podría hablar y hablar sin detenerme. Seguramente lo que más necesitamos en estos momentos es un pequeño salto cualitativo para que la gente nos conozca y pueda saber todo lo que intentamos hacer. Este es uno de nuestros objetivos de este año, que Acción Senegal sea más conocida y que nuestra web reciba visitas constantes ya que de estas visitas nacen las colaboraciones.
Gracias, al menos, por leer estas líneas, que seguramente son bastante inconexas, pero es que Ana y yo tenemos dos problemas básicos: primero, que cada uno de nosotros tiene su trabajo que nos ocupa 12 horas al día; y segundo, que a veces, cuando hablamos o trabajamos para la asociación, nos puede más el corazón que el cerebro.
Yo no puedo añadir más a lo que Albert –a quien no conozco personalmente– me cuenta. Tan solo que os paséis por su página web y echéis una ojeada a lo que hacen.
Confirmo el comentario sobre la óptica Marcos.
Hoy he comentado con Ermengol y Albert sobre el viaje a Senegal de Erm, la falta de valores k se están perdiendo y las mentes embotadas k llegamos a tener, solo a favor del egoísmo que pasa por encima de todo lo humano.
Erm. después de esta visita van a cambiar muchas cosas para él y a todos los de su contorno.
Salut!