Tras el receso juguetón de ayer, en el que también aparecía la ciudad de los canales y Florencia, hoy os continúo explicando cosas de Venecia. Por ejemplo, del (mal) tiempo…
Sí, porque el segundo día de estancia en la ciudad –el viernes pasado– no paró de llover. ¿Y qué haces cuando llueve y estás en una ciudad distinta de la tuya? No te vas a quedar en el apartamento o el hotel esperando a que escampe.
Tengo siempre la manía de ver los programas de meteorología de la tele, en especial los de TV-3, que son excelentes, y de consultar los mapas del tiempo del país al que me dirijo. Eso me hace ser cauto y, en ocasiones, pasarme con la ropa que llevo.
En esta ocasión teníamos noticias de que se habían producido algunas mareas altas excepcionales (la famosa acqua alta de Venecia) y que alguno de los días de estancia iba a llover.
Solución: calzado impermeable y cómodo para andar y si se puede, botas de agua para esa marea alta (en nuestro caso, nos las dejaba mi amigo veneciano), que es lo que hacen sus habitantes cuando el agua inunda las partes bajas de la ciudad.
Y para pasear, en este tiempo: chubasquero, impermeable o gabardina, acompañado de unos pantalones a juego que, además, sirven para parar el frío húmedo de la laguna. El paraguas es un complemento estupendo, y cuanto más grande y fuerte, mejor.
El problema es que en una maletita de fin de semana es difícil incluir otra cosa que uno de esos plegables, pero las ráfagas de viento de estos días destrozan muchas varillas, como se puede ver en la última imagen.
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