Ayer comentaba en esta bitácora alguno de los personajes citados en un reportaje del suplemento EP3 de El País, sobre Quién es quién en el nuevo internet español.
En esta entrada no escribiré sobre todos ellos, porque, por ejemplo, no me interesan en exceso Luis Sotillo, que citan como alma mater del Secondlife español. Pero como es un fenómeno que no termino de entender, pues me abstengo; tampoco Mauro Fuentes, autor de Fotomaf, cuyo trabajo puede ser tan bueno como el de muchos otros fotógrafos; Germán Martínez, alias señor Buebo, creador de Dia del orgullo friki; ni Elena y Teresa, fans de la serie Perdidos y creadoras de Lostzilla.
En cambio, me parecieron destacables otros dos de los webs citados: Sindominio, sitio que trata de «construir un espacio en Internet que se administre horizontalmente y que sea de utilidad para la transformación social»; y Meneame, «un web que te permite enviar una historia que será revisada por todos y será promovida, o no, a la página principal», gestionada por Ricardo Galli y Benjamín Villoslada, dos hombres libres expertos en programario libre.
Y dejo para el final los bloggers de Manifestómetro, autores de un sistema independiente y fiable de medir asistentes a manifestaciones y también del reciente wiki Lo prometido es deuda. Uno de ellos, El Teloperador, no se corta un pelo –y hace bien en explicar su versión– a la hora de criticar el reportaje de María Ovelar en el EP3, que es el que estoy citando precisamente aquí.
Es la ventaja de internet y del Web 2.0 con respecto a los medios tradicionales.
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