Aunque siempre se recuerda ‘Muerte en Venecia‘ (1971) como la gran película de Luchino Visconti sobre la famosa ciudad italiana, lo cierto es que el director italiano ya había rodado en sus canales 17 años antes, para filmar una parte de ‘Senso‘ (1954), un melodrama de época basado en la novela homónima de Camillo Boito. Este escritor, arquitecto y crítico de arte era, además, el hermano mayor del famoso compositor italiano Arrigo Boito.

Visconti y su guionista habitual, Suso Cecchi d’Amico –además de los famosos Paul Bowles y Tennessee Williams, que escribieron algunos diálogos adicionales– se centraron en el idilio que se establece entre la bella condesa italiana Livia Serpieri y un guapo oficial del ejército austriaco, el teniente Franz Mahler. A éste le encarnó el actor estadounidense Farley Granger, muy popular gracias a ‘La soga’ (1949) y ‘Extraños en un tren’ (1951), de Alfred Hitchcock.

A ella la interpretó Alida Valli, que se había hecho famosa cinco años antes gracias a su papel en ‘El tercer hombre‘, de Carol Reed. Curiosamente, la actriz era, en realidad, de familia noble. Hija del barón Gino Altenburger, profesor de Filosofía y crítico musical, y de la pianista Silvia Obrekar, su nombre completo era baronesa Alida Maria Laura Altenburger von Marckenstein-Frauenberg.

Alida Valli era baronesa en la vida real.

La trama amorosa está ambientada en la Venecia de mediados del siglo XIX, concretamente en la primavera y verano de 1866, unos días antes y durante la tercera guerra de la independencia italiana contra Austria, que con la ayuda de Prusia acabaría con la incorporación del Véneto y el Trentino a Italia, entonces bajo control austriaco.

Y nada mejor para abrir la película que una reivindicación nacionalista al final de la segunda escena del acto tercero de ‘Il trovatore’ de Verdi, que se representa en el Teatro de la Fenice. Una escena en la que grupos de italianos, ubicados los palcos superiores del teatro, lanzan vivas a la libertad y contra los ocupantes extranjeros. Los italianos arrojan ramos de flores con los colores de la bandera italiana y cientos de octavillas con destino al patio de butacas, que está lleno de militares austriacos.

Las protestas nacionalistas en la Fenice.

También de aristócratas italianos rebeldes, como el noble Roberto Ussoni, que ante la burla del teniente Mahler hacia flores y panfletos le reta a un duelo. Es el momento en que Livia, casada con el conde Serpieri, un tipo mayor que ella que hace buenas migas con los oficiales austriacos, y prima de Ussoni, observa angustiada la escena desde un palco lateral y mira la forma de convencer a su primo para que renuncie a batirse y también de conocer a Mahler para lo mismo.

Toda esa secuencia inicial en la Fenice tiene un valor histórico enorme, porque muestra cómo era este coliseo veneciano, sus palcos, sus artesonados y las bellísimas pinturas del techo, todo ellos destruido en un incendio, hace casi 20 años. Lo que la película muestra del famoso teatro de la ópera del Campo San Fantin es también la reconstrucción de otro incendio, el que tuvo lugar en 1836 pero del que resurgió como el ave fénix de su nombre al cabo de un año, en 1837.

El 29 de enero de 1996, un incendio provocado por dos electricistas descontentos con la empresa destruyó completamente el edificio, que no fue reabierto hasta el 2003. La reconstrucción siguó las líneas estilísticas del teatro original del siglo XIX, aunque con medidas de seguridad más actuales.

Si el lector es aficionado a la ópera, acudir a un concierto o una ópera en La Fenice es casi una obligación. En todo caso, las entradas se han de reservar con antelación y son relativamente caras. Si se prescinde de la música, una buena alternativa es una visita guiada al edificio, todos los días, de 9.30 a 18.00 horas. La entrada se puede comprar a través de internet o en las mismas taquillas del teatro.

‘Senso’ tuvo como escenarios reales otras partes de Venecia, dos de ellos relevantes en el desarrollo de la película. El primero es el paseo que Livia y Mahler dan la noche en que ella acude a pedirle que dejen en libertad a su primo, arrestado por su acto en la Fenice. Livia camina por el barrio del Castello, seguida por Mahler, y atraviesa el Puente de Riello, junto a la Fondamenta del mismo nombre, donde el militar y ella encuentran a un soldado desvanecido al borde del canal.

Mahler sigue a Livia en el puente de Riello.

El oficial deja a cargo de la patrulla nocturna la recogida del cuerpo y la pareja sigue su paseo hasta el brocal de un pozo. Después, tras el progresivo intento de seducción del militar hacia la condesa, cuando ya empieza a despuntar el día, ambos aparecen caminando al otro lado de la ciudad, en la Fondamenta di Cannaregio, junto a lo que ahora es la parada Guglie de las líneas 4 y 5 de los vaporetti y poco antes de la calle del Torno, con el característico puente de los Tre Archi al fondo.

Y al cabo de cuatro días, reflexionaba la voz en off de Alida Valli, aquella mujer casada y en parte avergonzada por sentirse atraída por un oficial austriaco, volvía a citarse y con él y corría a su encuentro, en una de las escenas más recordadas de la película: la actriz desciende del Puente del Ghetto Novo y entra en el Campo del mismo nombre, pasando entre los dos pozos, con la actual sinagoga y el Museo Ebraico al fondo.

Entrada al Ghetto Novo por el puente homónimo.

Livia atraviesa la plaza y entra en la casa del teniente Mahler, a la que sube a través de unas empinadas escaleras. Se cruza con varios militares austriacos y, finalmente, le encuentra y se besan. “Desde aquel día, nos vimos muy seguido”, dice la voz de la condesa, mientras una góndola con ella dentro la acerca a un apartamento que “Franz había encontrado en la Fondamenta Nuove”, explica ella.

Y en efecto, una góndola la acerca a un edificio inaccesible desde tierra y que podría estar situado al final de la Calle Longa de Santa Caterina tocando a la Fondamenta Nuove. Una habitación a la que al cabo de no muchos días, el seductor oficial deja de acudir.

Campo del Ghetto Novo.

Desesperada, la condesa Serpieri acude al Arsenal, que es el lugar donde se encuentra acuartelado el ejército austriaco y donde cree que puede encontrar a Mahler. Atraviesa el Puente de Paradiso y se acerca a la entrada del Arsenal, flanqueada por los leones griegos. Cuando pregunta a unos soldados de guardia por la octava compañía, la del teniente, los militares le aseguran que no es allí y la remiten al Cuartel de la Misericordia.

Entrada del Arsenal de Venecia.

Cuando llega a su casa, un hombre ha dejado un recado a la doncella: la espera en el Campo San Geremia 349 y cuando llegue, ha de golpear tres veces en la puerta. Y hacia allí se dirige Livia, desesperada, pensando que es su amante. Y también llega, detrás de ella, su marido. Pero no es Mahler quien la espera, sino su primo, que prepara la revuelta contra los austriacos.

Interior del Arsenal, donde se celebra la Bienal de Arte.

Días después, los amantes logran verse en la casa de campo de la condesa, pero pronto la guerra estalla y ya nada será como antes. Y lo que fue amor, acabará de la peor manera posible.

Como nota curiosa os diré que la primera novela de la escritora estadounidense Donna Leon, protagonizada por el inspector veneciano Guido Brunetti, se titula ‘Muerte en La Fenice‘ y se inicia con un crimen en ese famoso coliseo.