Parece mentira, pero hace ya tres años del 11-M, del triste 11 de marzo del 2004, cuando murieron 191 personas y unas 2.000 resultaron heridas a causa de un atentado islamista.
Tres años en los que el partido que gobernaba entonces no sólo no ha hecho ni un gesto hacia quienes sufrieron el golpe terrorista, sino que sigue empecinado en mancillar el recuerdo de las víctimas y en utilizar el fantasma de otro terrorismo para aleccionar a sus huestes y sacarlas a la calle.
Es la manipulación continua, el uso y abuso de símbolos que deberían ser comunes y ahora sólo tienen un color, un azulón que recuerda demasiado el de los últimos años del franquismo.
Quizá no recuerdan cuánta gente salió a la calle para protestar contra la guerra de Irak, contra la matanza del 11-M…
¿Cómo se asombran de que un familiar de las víctimas saque un cartel como el de la foto?
¿Hasta cuando seguirán engañando y haciendo daño?
Quizá hasta que las urnas les vuelvan a situar allí donde les pusieron hace ya tres años.