Reconec la meva ignorància en molts temes. Un d’ells, la poesia.
Recordo fa anys, quan jo començava en el món del periodisme, que vaig sentir parlar per primera vegada d’en José Hierro. Va ser quan va rebre el Premi Príncip d’Astúries del 1981 i em vaig assabentar, crec recordar ara, que sobrevivia en una feina discreta, dins de RTVE.
Ara m’ha passat el mateix amb l’Antonio Gamoneda, a qui el rei Joan Carles acaba de lliurar el Premi Cervantes corresponent al 2006.
Vaig llegir la notícia en el diari El País (si no eliminen l’accés, aquí hi ha una entrevista amb el poeta; i en Literaria també es poden llegir alguns articles molt interessants), que reproduïa una de les seves poesies.
I va ser el poema el que em va atrapar.
Es diu Amor, i hi és a Blues castellano (1961-1966):
«Mi manera de amarte es sencilla: / te aprieto a mí / como si hubiera un poco de justicia en mi corazón / y yo te la pudiese dar con el cuerpo. / Cuando revuelvo tus cabellos / algo hermoso se forma entre mis manos. / Y casi no sé más. Yo sólo aspiro / a estar contigo en paz y a estar en paz / con un deber desconocido / que a veces pesa también en mi corazón.»
Etiqueta: premio Cervantes
Reconozco mi ignorancia en muchos temas. Uno de ellos, la poesía.
Recuerdo hace años, cuando yo empezaba en el mundo del periodismo, y oí hablar por primera vez de José Hierro. Fue cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias de 1981 y me enteré, creo recordar ahora, de que sobrevivía en un empleo discreto, dentro de RTVE.
Ahora me ha pasado lo mismo con Antonio Gamoneda, a quien el rey Juan Carlos acaba de entregar el Premio Cervantes correspondiente al 2006.
Leí la noticia en el diario El País (si no eliminan el acceso, aquí hay una entrevista con el poeta; y en Literaria también se pueden leer algunos artículos muy interesantes), que reproducía una de sus poesías.
Y fue el poema el que me atrapó.
Se titula Amor, incluido en Blues castellano (1961-1966):
«Mi manera de amarte es sencilla: / te aprieto a mí / como si hubiera un poco de justicia en mi corazón / y yo te la pudiese dar con el cuerpo. / Cuando revuelvo tus cabellos / algo hermoso se forma entre mis manos. / Y casi no sé más. Yo sólo aspiro / a estar contigo en paz y a estar en paz / con un deber desconocido / que a veces pesa también en mi corazón.»