Tercera de las ciudades europeas más cinematográficas, la capital italiana es la que yo siento más cercana (en espíritu) de las tres grandes, junto con París y Londres. Mucho antes de conocerla un poco más gracias a sus grandes directores, curiosamente fue una película de Hollywood la que me hizo descubrirla: la encantadora ‘Vacaciones en Roma‘ (1953), con Audrey Hepburn y Gregory Peck, la cinta de William Wyler, de la que estos días se cumplen 70 años.
Mis colegas de la crítica se habrán llevado las manos a la cabeza por no haber empezado esta entrada, última de la temporada, antes del habitual parón de agosto, con ‘La dolce vita‘ (1960), de Federico Fellini, que me gusta mucho más que su ‘Roma'(1972). Y es que el recuerdo de la inmensa Anita Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi ante los ojos de Marcello Mastroianni es incomparable.
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