El título de hoy refleja lo que nunca te explican claramente en las agencias. Hace diez años, nuestro avión de Air Europa hacia Madrid salía de Barcelona a las 7 de la mañana del sábado 12 de julio de 2008 y el que nos iba a llevar a Costa Rica, perteneciente a la compañía Air Comet (aerolínea en quiebra un año después, en 2009, cuando cerró), tenía prevista su salida a las 11.45 horas.
Había que estar en el aeropuerto de El Prat hacia las 5.30 horas, así que hay que tuvimos que levantarnos hacia las 4.30 de la mañana. Nos dimos una duchita para despejarnos y tomamos un taxi. No había demasiada gente en nuestro mostrador, pero el aeropuerto bullía de gente. Parece mentira, pero hay mucha más gente de lo que pensamos que vuela a esas horas.
Tuvimos que facturar las maletas. Era la parte más pesada, porque tenías que recogerlas luego, en Madrid, para volver a facturarlas. Mejor así que te las pierdan antes de empezar el viaje en sí. Y eso le pasó a un pasajero, a quien le extraviaron el equipaje durante un rato y el avión salió con un cuarto de hora largo de retraso. Menos mal que el sol empezaba a brillar y no se veía ni una nube en el horizonte.
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