Cuando se pronuncia el apellido Sacristán, en general la memoria gira hacia el campo de la interpretación y piensa en el gran Pepe Sacristán, el actor. Poca gente lo asocia al filósofo Manuel Sacristán, uno de los intelectuales más influyentes de la izquierda catalana en los años 70 y primeros 80.
Nacido en Madrid, en 1925, y fallecido el 27 de agosto de 1985, en Barcelona, ciudad en la que vivió tres décadas, este pensador fue un comunista crítico y atípico, «incómodo, con una vena libertaria», como decía su amigo y alumno Paco Fernández Buey en El País a inicios de este mes de septiembre. Fue el suyo uno de los pocos artículos sobre los 20 años de la muerte del más importante teórico marxista español de este siglo.
Googleando, pueden encontrarse algunos enlaces y textos interesantes, como el que Pere de la Fuente, del Grupo de Filosofía de Santa Coloma de Gramenet, realizaba hace 10 años y en el que ponía de relieve, una vez más, «el injusto silencio que sobre la vida y obra de Sacristán sufrido los últimos años.».
Dentro de un par de meses, del 23 al 25 de noviembre, cuando la universidad ya esté a pleno rendimiento, se celebrarán unas jornadas de homenaje. Quizá entonces se llenará el vacío en estos meses de olvido… sobre todo periodístico.