[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=VpmEoVCI878[/youtube]
En esto de los programas de telerrealidad, los famosos reality shows, hay de todo, como botica. En este mismo enlace de la Wikipedia que os he marcado he descubierto un montón que no conocía.
En general, me aburren soberanamente. Ya no sé ni por qué edición van los de Gran Hermano, ni quién es quién, salvo Mercedes Milá, que del experimento sociologico inicial he hecho toda una profesión.
En cambio, los concursantes de Pekín Express (de la cadena Cuatro) lo tenían muy claro: ayer mismo, Fernando le explicaba a un conductor chino si le podía montar en autoestop, porque eso que estaba haciendo –correr entre los coches, seguido de cerca por un cámara de televisión– era un reality. Y en efecto, el o la usuaria del coche en cuestión les subía, a él o a la pareja concursante, junto con el cámara, porque la tele estaba detrás.
¿Y quién se va a creer que un programa como este no cuenta con la aprobación de las autoridades chinas? Menudos son. Pekín Express no deja de ser un buen recorrido turístico.
Pero, a lo que íbamos: ¿por qué ha triunfado? El concurso acabó anoche con la victoria de María y Fernando sobre Martha y Javier y un probable éxito de audiencia, que se sabrá mañana, porque hoy es festivo y las empresas encargadas de ello no trabajan.
Creo que la respuesta es lógica: Pekín Express ha trabajado un aspecto poco habitual en los reality:
una adecuada planificación, un guión y realización más que correctos y, sobre todo, un buen montaje final. De esta forma, aligeramos los aspectos más tediosos de la vida cotidiana de los concursantes y seleccionamos los más interesantes. El resultado es lo más parecido a una película de aventuras protagonizada por gente corriente.
Fernando, no basta ganar. En la vida, uno que ha vivido lo que tu has pasado, aprende a perdonar los errores de los otros, porque tu no eres perfecto.
Podrás ganar 20 pekin expres, pero en tu corazón eres un perdedor, porque en el momento de la felicidad dejas espacio a un sentimiento tan poco noble como la rabia y la soberbia.
Vi la mirada que le diste a Marta cuando ganásteis: no aprendistes nada de tu viaje, tío.
Marta y Javier son los verdaderos ganadores: eran felices del triunfo de ustedes. El honor, para ellos… a pesar de tener a todos en su contra.