El tema del día para muchos es el debate de anoche entre Zapatero y Rajoy.
Yo también vi el cruce de monólogos. El mismo tira y afloja de toda la legislatura, el empeño machacón del president del PP de envenenar a la opinión pública con una sarta de medias verdades y la respuesta paciente, nada crispada, del líder del PSOE. No soy imparcial.
El problema es que hay quien se piensa que una respuesta tranquila es una muestra de debilidad. Prefieren la bronca, el cuerpo a cuerpo.
Las encuestas hablan de ligera victoria del candidato socialista, pero los medios conservadores apuntan, cómo no, hacia el popular.
Los cara a cara son importantes siempre y cuando pensemos que la democracia no es el bipartidismo que nos imponen de forma machacona. Hay otros debates, otras opciones, otras alternativas.
Y es gracias a ellas como podemos influir en esos dos grandes partidos, condenados a ser Gobierno y oposición.