Todos los homenajes que se le están haciendo estos días a Orson Welles, genio y figura del cine, me ha recordado las tres paginitas que hace 20 años (sí, ¡20 años! ya) le dediqué en un librito que escribí sobre la historia del cine.
Era un pequeño libro, que me encargó el malogrado Ricardo Gil, el que fuera director de Marketing de la exhibidora Cinesa durante un montón de tiempo, coincidiendo con el centenario del séptimo arte y cuyo destino eran los niños que acudían a las salas de su empresa.
Visto con esa perspectiva, creo que el libro era útil para lo que se pretendía. Nada comparable a cualquier estudio de los colegas que se pasan meses y años para dar a luz nuevos textos sobre el cine y sus creadores.
Parir un libro no es fácil. No sé cómo se las apañan quienes escriben (y publican) tanto. Ahora mismo estoy metido en uno que empecé hace más de un año, y entre medio he acabado otro, que verá la luz dentro de unos días, de momento en formato digital, y que me ha llevado casi seis meses de trabajo intenso.
Ya os explicaré muy pronto de qué va y dónde lo podéis adquirir, si os interesara.
De momento, os dejo aquí aquellas tres páginas que le dediqué al maestro Welles.
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