Entre las diferentes series y películas que ha estrenado estos días la plataforma Netflix, me lo estoy pasando en grande con la titulada ‘Lupin’. Hay varias razones: remite a un detective literario clásico, tiene al simpático actor negro Omar Sy como protagonista y es muy entretenida.
La trama se centra en las aventuras de Assane Diop, un tipo tan hábil a la hora de disfrazarse o camuflarse, que es capaz de planear y ejecutar el robo de un valioso collar del interior del Museo del Louvre sin que le pillen. Algunas escenas retrospectivas muestran la niñez del personaje y la razón que le ha llevado a convertirse en un ladrón de guante blanco, al mismo tiempo que vemos otras escenas domésticas con su hijo y la madre del niño, de la que parece estar separado.
A lo largo de los primeros cinco episodios en que Netflix ha querido dividir la primera temporada, que consta de 10, el espectador comprueba de forma explícita de dónde le viene la inspiración al protagonista, algo de lo que un inspector de la policía pronto empieza a sospechar: Arsène Lupin, el personaje creado por el novelista francés Maurice Leblanc (1864-1941), un escritor coetáneo de Arthur Conan Doyle (1859-1930), autor de las aventuras del famoso detective de ficción Sherlock Holmes.
Y si la primera novela de este último fue ‘Estudio en escarlata’ (1887), el debut del francés se produjo 20 años más tarde con ‘Arséne Lupin, caballero ladrón’ (1907), si bien el personaje ya había aparecido en una serie de relatos publicados en 1905. De hecho, Leblanc era un reconocido escritor de cuentos cortos desde 1890. La saga completa de novelas del Lupin de Leblanc consta de 20 volúmenes, más varias secuelas autorizadas escritas por Pierre Boileau y Thomas Narcejac.
Como el Lupin literario, una especie de Robin Hood que había estudiado Derecho y Medicina, experto en lenguas clásicas e ilusionismo, en boxeo y esgrima, el protagonista de la serie ha sido creado con elementos similares por el guionista George Kay, co-creador de ‘Criminal’, otra serie de Netflix, y previamente, de un par de episodios de la sensacional ‘Killing Eve’.
Así, Assane Diop es un hombre cultivado y experto en arte, que se mete en la piel de un adinerado coleccionista pero que también puede aparentar ser un trabajador de la limpieza e incluso un chorizo de poca monta, capaz también de desembarazarse de un malvado sin contemplaciones, entrar en una prisión y salir indemne de ella, además de mostrar la ternura de un padre con un niño de corta edad.
Un personaje así no podía ser adjudicado a cualquier actor francés. Y el gran acierto de los responsables de la serie ha sido cambiar de raza al Lupin de inicios del siglo XX para vestirle con los rasgos de Omar Sy, el coprotagonista del filme ‘Intocable’, junto François Cluzet, un papel que le proporcionó un César en 2012 y el salto a la fama, después de años en los que había formado dúo cómico con el también humorista Fred Testot.
El actor, de origen mauritano-senegalés, rasgos inconfundibles y metro noventa de estatura, aporta frescura y simpatía al personaje, con toques de acción, drama y comedia. Tras haber participado en pequeños papeles en filmes de producción internacional (‘X-Men: días del futuro pasado’, ‘Jurassic World’, ‘Inferno’), ahora se consagra con esta serie, de la que sale bien airoso. Ahora habrá que esperar a que Netflix estrene la segunda tanda de cinco episodios que completarán la primera temporada de las peripecias de este Lupin moderno.
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