Hubo una época en que Pink Floyd era lo más del rock sinfónico y coleccioné sus discos hasta The Wall, cuando los poderosos egos de Roger Waters y David Gilmour entraron en colisión. Incluso llegué a estar en el concierto de Sarrià en el año de catapum. Es la edad, señores.
Por eso, cuando el otro día Waters tocó en Barcelona, recordé una de las piezas clave del disco The Dark Side of the Moon.
Era Time, tiempo. Y esa parte que dice: «Home, home again. / I like to be here when I can / And when I come home cold and tired / Its good to warm my bones beside the fire» (A casa, a casa otra vez. Me gusta estar aquí cuando puedo. Y cuando vengo a casa helado y cansado, es bueno calentarse los huesos al lado del fuego»).
Nostalgia, pura nostalgia… y eso que Waters la escribió hace ya 35 años.