Mi amiga Carmen (y unos cuantos familiares y amigos) son usuarios de iPhone, ese clarísimo objeto del deseo de cualquier enganchado a las nuevas tecnologías, los teléfonos móviles e internet.
Hace unos días, hablaba con mi hijo de la ansiada espera del nuevo terminal de Apple, el iPhone 4.0, por parte de muchos clientes de Vodafone, ya que parece ser que este verano dejará de ser una exclusiva de Telefónica-Movistar.
Así que esta mañana, cuando buscaba detalles de ese tema, he llegado al vídeo que acompaña estas líneas a través de varios enlaces (Xataka, Applesfera, 9 to 5 Mac, Engadget y el propio programa de Ellen Degeneres, conocida actriz y presentadora, y una de las pocas profesionales que ha tenido la valentía de expresar públicamente su homosexualidad) y que muestra, con cierto humor, las dificultades de una persona normal al enfrentarse al aparatito.
No hace mucho, un comercial con sentido común me vendió para un familiar de edad avanzada un móvil que sólo servía para eso: llamar por teléfono. Y que tenía las teclas muy grandes, adecuadas para dedos que ya no tienen la agilidad y tamaño de un jovencito.
Este familiar únicamente utiliza su teléfono cuando es necesario. Y su economía lo agradece, claro.