No lo digo ahora por la crisis, sino que lo vengo diciendo y escribiendo desde hace tiempo (por ejemplo en La trampa de la Navidad): ¿por qué nuestros ayuntamientos despilfarran el dinero público malgastando en decoración navideña y en energía lumínica cuando aún no es Navidad?
¡Pero si aún falta un mes para el 24 de diciembre!
En todo caso, si las asociaciones de comerciantes creen que con más luces de colores van a atraer a más clientes, pues adelante: que paguen ellos. 
Les puedo asegurar, queridos lectores, que yo compraré solo lo que necesite.
En el caso de la alimentación, antes de esas fechas y en forma de congelados, que sale más barato, con bolsas de tela o cesto, que es una forma de consumir menos plásticos.
Y en el de la ropa de abrigo, después del día 6 de enero, que ya habrá rebajas.