Anoche estuve viendo La princesa del pueblo, título otorgado por no se sabe quién a Belén Esteban, pero a sorbos, porque de golpe uno puede ahogarse.
A estas alturas, es poco probable que alguien, en este país, no sepa quién es esta señora. Si tuviera que explicárselo a un marciano, quizá le diría que acudiera a la Wikipedia:
Nacida en Madrid, el 9 de noviembre de 1973, Belén Esteban es una presentadora y colaboradora de varios programas de televisión y un personaje mediático en España. Su salto a los medios de comunicación se produjo tras la ruptura de su relación sentimental con el torero Jesulín de Ubrique, del que tiene una hija, Andrea. Las disputas públicas con el torero y su familia la han mantenido constantentemente en el candelero: exclusivas en revistas del corazón y programas de televisión, romances mediáticos y portadas de la revista Interviú fundamentaron desde entonces su presencia en los medios.
He escrito algún que otro artículo sobre Belén, porque no deja de fascinarme esta querencia mediática, que yo considero simple utilización por parte de una cadena que la dejará tirada cuando los índices de audiencia bajen.
De hecho, anoche tuvo un impresionante número de seguidores, en torno a los dos millones y medio de personas, aunque por debajo de Águila Roja y Amar en tiempos revueltos, en el conjunto de España,
Vayamos pues al terreno político, porque me sorprendió anoche el anuncio de Tele 5 de que tenía un estudio, realizado por Sigma Dos, según el cual…
«La copresentadora de Sálvame quedaría tan sólo por detrás de las dos principales fuerzas políticas españolas, PP y PSOE, y superaría a grupos tan importantes como Izquierda Unida. En este sentido, la encuesta -realizada a 3.200 personas- desvela que el 7,9% de los entrevistados la votaría como presidenta del Gobierno de cara a las próximas elecciones generales sin tener en cuenta el programa político que presentase.»
¿Y después? ¿Qué haría después de ser elegida?
Bueno… Según los índices de audiencia, el programa se hundió hasta el 15º puesto en Catalunya, donde la vieron menos de 300.000 personas. ¡Ay! ¿Quizá fue que Belén tuvo la poca fortuna de expresar una forma de pensar muy centralista sobre el País Vasco y Catalunya?
¡Huy! Esto entra en el juego de las encuestas, donde se hacen las preguntas de la forma determinada para que salgan resultados bastante elegidos, como por ejemplo:
«¿Si tuviera que escoger entre Zapatero y Belén Esteban, a quién votaría en las próximas elecciones?»
Es bastante fácil entender que entre este tipo de estupideces y que la gente realmente está muy cansada de las actuales instituciones, el personal al menos se eche unas risas viendo por la tele que no son los únicos a los que se les ha ocurrido la gracieta de decir que votarían a la Esteban.