Una pareja de amigos treintañeros, con un niño de dos años, una con trabajo fijo y el otro, autónomo, está buscando piso, esa odisea cotidiana. Tienen la suerte de que el pequeño apartamento donde viven, en un barrio periférico de Barcelona, lo pudieron comprar hace unos pocos años y no parten desde cero, porque si no es una aventura casi imposible.
En una de sus búsquedas, me cuentan, vieron una promoción de una conocida constructora, Metro-3. Hablamos de pisos de 1 y 2 dormitorios, con salón, cocina y un baño. Ellos buscaban algo más grande, porque… ¿y si viene otro niño? Bueno, pues 72,10 metros de superficie construida, 63,90 de superficie útil, eran ¡¡83 millones de la antiguas pesetas!! Y a esta cantidad se ha de sumar un 7% de IVA. Te has de hipotecar tú de por vida y dejar parte de la deuda a tus nietos.
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