Esta mañana nos hemos despedido de Jordi, un amigo, hermano de un amigo, compañero de trabajo. Murió en la madrugada del domingo. Tenía 42 años.
En los últimos tiempos ha habido más: Jero, Juan Manuel, Ana… Cuando uno se hace mayor, la lista se alarga.
En el adiós de Jordi han sonado Lennon, Llach, Serrat… Canciones que le gustaban y que dejaban un poso de tristeza en nuestros corazones.
Era un buen aficionado a la fotografía, mejor que muchos profesionales, y empezó a colgar en el Flickr sus primera fotos hace tres o cuatro años, armado con una Canon PowerShot, y con el nombre de Pinguino como apodo.
Fotos excelentes, mágicas, cotidianas, misteriosas. Y junto a ellas, qué demoledoras palabras: «Intentábamos avanzar pero la sinrazón había borrado el camino»; «Libertad es seguir cantando cuando los músicos ya se han ido»; «Las contradicciones no caben en la boca de quien calla»; «Nunca seremos como siempre»; «Solo los necios se atreven a cantar canciones sin letra».
Su última foto es la imagen que antecede a estas líneas. Y la frase que escribió como título, fue esta: «Todos llegamos pero ninguno nos quedamos».
Ójala estés cantando con Lennon eso de «Imagine there’s no heaven. It’s easy if you try. No hell below us. Above us only sky… «