Me estaba resistiendo a hablar del sudoku, el juego del verano, un rompecabezas matemático que está haciendo furor, con casi dos millones de entradas si googleas un poco en internet.
En la wikipedia, esa magnífica enciclopedia universal que puede consultarse gratuitamente en internet, se señala su aparición en Estados Unidos hacia 1970, su popularización en Japón hace 20 años, en 1985, y su éxito internacional a lo largo de este año. Una fiebre que ha afectado a los principales diarios europeos y que ha alcanzado estas últimas semanas a los grandes rotativos españoles este verano.
La posibilidad de que mi empresa publicara un sodoku diario se planteó hace varias semanas. El diario El Mundo se adelantó y empezó a hacerlo a finales de junio, y le siguieron El País, el Marca… En Catalunya, El Periódico lo ha incluido en el suplemento del Verano, donde el lector puede encontrar ¡cuatro páginas de pasatiempos!, y La Vanguardia se ha apuntado incluyendo tres sudokus diarios de diferente nivel de dificultad.
Alexa, una compañera que ya era aficionada al juego meses atrás, me había comentado que era un puzzle adictivo, pero yo era algo escéptico. Hace años que, por razones profesionales, me veo obligado a ver las tripas de los pasatiempos antes de que se publiquen y eso hace que raramente juegue a resolverlos. Los evito siempre y más en vacaciones.
Pero días atrás, estando en la playa, mi mujer y yo empezamos a rellenar uno de nivel fácil… Nos enganchamos, y ahora no hay día que no hagamos uno, dos o incluso tres sudokus… Y eso parece haber pasado con muchos lectores y aficionados a los pasatiempos. Engancha.
El fenómeno ha merecido algún reportaje, como el que Paco Niebla ha realizado para la agencia Efe y cuyo contenido se puede leer íntegramente en el apartado En Profundidad de este mismo weblog. Y ya hay colegas de la radio y de la televisión que preparan más.
En general, a los profesionales del sector, como Miquel Sesé o Màrius Serra, no les agrada, aunque reconozcan que es un buen pasatiempo. A diferencia del trabajo que supone elaborar un buen crucigrama, por ejemplo, creen, y con razón, que es un juego que puede ser generado con un programa matemático –si se busca un poco en internet, se pueden encontrar algunos—y que terminará cansando por repetitivo.
Sesé comentaba a Efe: «Es como una canción de verano, una moda comercial. Pasado un tiempo bajará su fama». Ya veremos.
Serra ha publicado un muy interesante artículo sobre el tema en su columna de La Vanguardia, que se puede leer también En Profundidad: «A simple vista parece un juego banal, pero poca gente logra completar una parrilla en menos de veinte minutos. Es un gran pasatiempo. La sencillez de su planteamiento contrasta con su dificultad de resolución, de modo que engancha sin paliativos». Pues eso.