Prosigo el relato de un viaje a Costa Rica, el año pasado, en esta ocasión con la excursión que realizamos al bosque nuboso de Monteverde. Situado en la cordillera de Tilarán, con este nombre se conocen en realidad dos reservas biológicas: la de Monteverde y la de Santa Elena.
Curiosamente, el origen del primero se debe a un grupo de cuáqueros pacifistas estadounidenses,que llegaron a la zona los cuales se asentaron en esta región a finales de la segunda guerra mundial.
Lo explican así en esta página dedicada al lugar:
«La Reserva Biologica Bosque Nuboso Monteverde es famosa por ser uno de los santuarios de vida silvestre más destacados de los Trópicos del Nuevo Mundo. Los bosques enanos espectacularmente esculpidos por el viento en los cerrros expuestos contrastan con los bosques protegidos del viento, cuyos arboles lucen majestuosamente altos adornados con orquídeas, bromelias, helechos, enredaderas y musgos.»
Las previsiones para el 17 de julio de 2008 eran apretadas. En nuestra agenda aparecía lo siguiente:
Recorrido en Canopy (3 kms de cables que os harán volar a través de la copa de los árboles). Continuación del recorrido en los Puentes Colgantes (oscilan entre 50 y 70 metros de longitud). Tiempo libre para el almuerzo y continuación a la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde (se pueden admirar un auténtico paraíso natural, una selva húmeda de más de 10.000 hectáreas.)
En realidad fue a la inversa: por la mañana temprano nos llevaron a visitar el bosque y por la tarde, los puentes.
Podéis seguir leyendo el resto de la historia en esta página.
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