Este domingo, después de esa milagrosa siesta que te levanta el ánimo, salimos a pasear.
No era, no es, cuestión de sentarte frente al ordenador toda la semana y, además, aparcarlo también en el fin de semana.
Estamos enganchados a internet, las redes sociales y los trastos tecnológicos, lo reconozco, pero quiero pensar que somos capaces de desconectar unas horas, unos días…
Os decía que salimos a pasear, con zapatillas y ropa deportiva, con el ánimo de recorrer parte de la Gran Via de Barcelona, llegar a la plaza de España y subir hasta el Palau Nacional, sede del Museu Nacional d’Art de Catalunya, situado por encima de la famosa fuente luminosa.
Llegamos hasta allí, nos sentamos a contemplar Barcelona desde esa altura, y a escuchar a un cantautor que tocaba la guitarra.
Se levantó una brisa fría que nos hizo huir al cabo de unos minutos, para evitar que se nos enfriara el sudor de la subida.
Giramos hacia el Estadio Olímpico e iniciamos la bajada hasta las Piscinas Picornell, el Museu de l’Esport y el Poble Espanyol, hasta llegar frente a CaixaForum, el centro de arte de La Caixa, que expone una espléndida selección de obras de Goya.
Bajamos por las escaleras de la foto, pensando que a esas horas de la tarde del domingo no habría nadie.
¡Qué va! Cuando entramos en el centro, estaba bastante lleno, y ante la exposición de Goya había cola.
La muestra dedicada a Eugene Delacroix (foto) fue la alternativa, también magnífica. Cultura gratuita.
Este domingo, después de esa milagrosa siesta que te levanta el ánimo, salimos a pasear.
No era, no es, cuestión de sentarte frente al ordenador toda la semana y, además, aparcarlo también en el fin de semana.
Estamos enganchados a internet, las redes sociales y los trastos tecnológicos, lo reconozco, pero quiero pensar que somos capaces de desconectar unas horas, unos días…
Os decía que salimos a pasear, con zapatillas y ropa deportiva, con el ánimo de recorrer parte de la Gran Via de Barcelona, llegar a la plaza de España y subir hasta el Palau Nacional, sede del Museu Nacional d’Art de Catalunya, situado por encima de la famosa fuente luminosa.
Llegamos hasta allí, nos sentamos a contemplar Barcelona desde esa altura, y a escuchar a un cantautor que tocaba la guitarra.
Se levantó una brisa fría que nos hizo huir al cabo de unos minutos, para evitar que se nos enfriara el sudor de la subida.
Giramos hacia el Estadio Olímpico e iniciamos la bajada hasta las Piscinas Picornell, el Museu de l’Esport y el Poble Espanyol, hasta llegar frente a CaixaForum, el centro de arte de La Caixa, que expone una espléndida selección de obras de Goya.
Bajamos por las escaleras de la foto, pensando que a esas horas de la tarde del domingo no habría nadie.
¡Qué va! Cuando entramos en el centro, estaba bastante lleno, y ante la exposición de Goya había cola.
La muestra dedicada a Eugene Delacroix (foto) fue la alternativa, también magnífica. Cultura gratuita.