En toda esta historia de la velocidad limitada a 80 kilómetros por hora, en el anillo que rodea a Barcelona, había hasta ahora un elemento democratizador, digámosle así, en que la infracción suponía una retirada de puntos de tu carnet de conducir, además de la consiguiente multa.
Ahora, que quieren eliminar la primera parte, nos quedará sólo la segunda: la velocidad será posible para los que tengan dinero para pagar la infracción. O sea, que cualquier currito con su utilitario intentará no pasarse de la velocidad, porque igual no llega a fin de mes, pero el tipo del Audi y el BMW quizá sí pueda permitirse el saltarse la norma porque le sobran los euros…
Y así volvemos a poner las cosas en su sitio: los ricos pueden; los pobres, no.