Con amigos y compañeros de partido como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Pasqual Maragall no necesita enemigos.
Sus declaraciones, diciendo que el presidente de la Generalitat pertenece a un grupo de políticos caprichosos que «quieren modificar su estatuto para tener más poder, sin que la ciudadanía lo demande», no ayudan demasiado.
This website uses cookies to improve your experience. We\'ll assume you\'re ok with this, but you can opt-out if you wish. Leer más
Deja una respuesta