La mani ha sido todo un éxito: «Somos una nación y tenemos el derecho a decidir». ¡Felicidades!
Y ahora, un apunte colateral: mientras en Catalunya el tema de la reivindicación en sí misma no molesta a nadie, ni tampoco en Madrid (o al menos lo parece), cuando una manifestación así se realiza en el País Vasco siempre levanta ampollas.
Claro está que los vascos lo llaman derecho a la autodeterminación.