Sigue el goteo de artículos sobre los dibujos satíricos sobre Mahoma, como En la viñeta del Señor, de Empar Moliner, este sábado en la edición catalana del diario El País, donde la escritora terminaba por dar la vuelta al asunto y le pedía al portavoz de la Sociedad de la Fe Islámica que se aplicara a sí mismo una fatua.
El crítico de cine Diego Galán en el mismo diario, el viernes (ver también En Profundidad) ha aportado un toque original y ha sabido dar con el paralelismo adecuado.
No le ha hecho falta más que recordarnos las actuaciones de ciertos integrismos católicos: casos como los de las manis que provocó Je vous salue Marie, de Jean-Luc Godard, el cartel de Amén, la película de Costa Gavras, el proceso judicial (sobreseído) a La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, las recientes quejas del Opus Dei por la película El código Da Vinci, de Ron Howard, y del obispo de Tarazona por el filme Teresa, muerte y vida, de Ray Loriga, son sólo unos pocos ejemplos… pero hay muchos más.
Galán nos hace ver que la viga está en nuestro propio ojo, aunque sólo queramos ver la paja en el ojo ajeno.
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