Recuerdo que, cuando era un crío, mis padres me llevaban de vacaciones a un pueblecito castellano.
Parte de mi familia procede de Tierra de Campos, en la provincia de Palencia, y me acuerdo de algunos veranos especialmente felices, corriendo por caminos diseminados entre trigales y acercándome al famoso Canal de Castilla, en donde nunca llegué a bañarme, porque a la prohición paterna se sumaban los relatos maternos de trágicos accidentes y personas ahogadas.
Sirva esta introducción para explicar que mi hijo, estudiante de cine en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Catalunya, forma parte de un grupo de chavales que están rodando un cortometraje en esa zona. El equipo ha descubierto la zona gracias a la directora de fotografía, María Nova López, que es la única palentina entre catalanes, pero que convenció al director del filme, Sergio Roldán, y al resto de que fueran a rodar allí. El Diario Palentino hablaba de ellos, ayer, en este reportaje.
Me alegro. Creo que nos conviene redescubrir a nuestros vecinos.
Hay más cosas que nos unen que las que nos separan.