¿Qué se puede decir de Vicente Ferrer que no se haya dicho ya?
Es un hombre bueno, con una salud quebradiza en estos momentos.
El Periódico de Catalunya acaba de concederle el premio Catalán del Año, aunque se merece ser el Catalán del Siglo.
Yo tuve la oportunidad de conocerle en unas circunstancias también adversas para su salud…
Era el mes de octubre de 1995 y mi diario me envió a entrevistar a este hombre, entonces desconocido para mi, que se estaba recuperando de una operación en un centro sanitario de Barcelona.
Leí deprisa algunos apuntes biográficos –no existía entonces algo como Google ni la Wikipedia— que me facilitaron en el servicio de Documentación y tomé un taxi hasta el hospital.
Aquel anciano, físicamente débil pero fibroso y con un vigor moral a prueba de balas, me dejó asombrado: con su hablar pausado aseguraba que lo que más deseaba era recuperarse para volver a trabajar en una de las regiones más depauperadas de India. Aún hoy en día le recuerdo así: con una voluntad de hierro.
Podéis leer más cosas sobre Vicente en la Wikipedia, en la web de su Fundación y en la Fundación Príncipe de Asturias entre otros sitios.
Y aquí debajo os dejo el texto íntegro de aquella entrevista, que entonces titulé «Un misionero laico y combativo».