Comienzo a tener algunos ligeros problemas de audición, aunque aún no llego a la sordera algunos de mis parientes y de algunos amigos que conozco.
Las personas de la tercera edad normalmente huyen de los audífonos porque suelen ser aparatosos o caros. Esta dualidad es evidente: los más baratos son los que tienen un aspecto voluminoso y los mejores, más modernos, livianos y discretos, tienen precios prohibitivos para muchos jubilados.
El resultado: buenas parte de los abuelos que necesitan este tipo de aparatos no se los ponen. Total, piensan, para lo que hay que oír…
Por eso, cuando esta mañana he visto este anuncio en una teletienda no me ha dejado de chocar. Aquí la publicidad la hacen a la contra:
Es tan discreto que nadie sabrá que se trata de un audífono. MSA 9000 se ha diseñado para que parezca un auricular, así nadie sabrá que se trata de un audífono.
Vamos, que no se preocupe por el tamaño: la cuestión es despistar al personal haciéndoles creer que lleva usted un teléfono pegado a la oreja todo el día.
Así que no me extraña nada que en Facebook haya aparecido ya un grupo llamado directamente así:
El MSA-9000, el audífono que… ¿nadie notará que lo llevas? ¡Venga ya!