El reciente Oso de Oro en el Festival de Berlín a la película ‘Alcarràs‘, de Carla Simón, ha supuesto una bocanada de optimismo en el panorama cinematográfico español, sumido casi siempre en un tobogán de emociones no siempre positivas. Lo que sí ha logrado este galardón, que sólo había ganado otro español, Mario Camus, con ‘La colmena’, en 1983, es poner el foco en una generación de nuevos valores con una mirada diferente y femenina.

Tras unos años en los que el sector audiovisual ofrecía gratas noticias de la mano de nombres masculinos, como los de Alejandro Amenábar, Juan Antonio Bayona, Jonás Trueba, Rodrigo Sorogoyen o Dani de la Orden, por citar sólo algunos de los menores de 50 años, empiezan a sonar con fuerza los de mujeres cineastas, no solo directoras, sino productoras y jefas de equipos técnicos y artísticos.

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