Leo un breve artículo de Rosa F. Fernández, una abogada de una consultora, en que se asombra de la ausencia de una sonrisa de las personas que están situadas al otro lado de un mostrador o de un gesto amable cuando entras en un restaurante.
Y ofrece un buen consejo a los propietarios de estos establecimientos.
«Los orientales lo sabian bien cuando decían por la época de Confucio: ‘Si no sabes sonreír, no abras una tienda’. Y nuestro refranero del siglo XVII señalaba la estrategia adecuada: ‘Se cazan más moscas con una cucharilla de miel que con un barril de vinagre’”.
Es un buen consejo para los empresarios. Seguro que con una estrategia así captarán más clientes y los fidelizarán… siempre que sepan transmitirlo a sus empleados y pagarles unos jornales correctos. Un sueldo miserable no paga sonrisas, sino mala leche.
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