Como os decía esta mañana, salí corriendo hacia el Salón. Y pillé al amigo Carles Santamaría hablando por teléfono.
Carles es un viejo colega –como Antoni Guiral, gran profesional y mejor persona– de los tiempos en los que yo escribía de cómics en mi diario a inicios de los años 80. Ahora dirige el Salón con el estrés metido en el cuerpo.