Ya puestos, ¿por qué no un empleo como el de El mejor trabajo del mundo en el Estado de Queensland?

No me dio un ataque de risa de milagro.
Los sinvergüenzas que envían correos-basura ya no saben que inventar, pero el que me escribió ayer (y supongo que a unos cuantos millones de personas más) firmaba su carta como «Parker Stein».
Un buen nombre y apellido, sí señor.

Si fuera de la rama de los Parker, podría ser pariente de Charlie Parker (el saxofonista), Dorothy Parker (la escritora) y hasta de Sarah Jessica Parker (la actriz de Sexo en Nueva York).
Si viniera de los Stein, se me ocurre ahora la también escritora Gertrude Stein o el actor y guionista Ben Stein.
Pero volvamos a los detalles de la misiva, en la que corrijo los inexistentes acentos y faltas ortográfica.

«Hemos estudiado su currículum y le queremos ofrecer trabajo.
No tendrá que ir a la oficina.
Necesitará:
1. De 4 a 7 horas libres al día.
2. Buzón personal de correo en internet.
3. Teléfono para comunicación.
Si le interesa, escriba una carta a nuestro administrador a la direccion: «feyenktblo» seguida del típico Hotmail.
En la carta escriba sobre usted, indicando su nombre y edad.
Todas las instrucciones acerca del trabajo se le enviarán en la carta de respuesta.»

¡Oh… qué bien! Trabajar sin tener que ir a la oficina. Teletrabajar. La ilusión de cualquier currito…
Menos mal que siempre hay algo en estas cosas que te hace sospechar, empezando por el título o el asunto del mensaje: «El trabajo hermoso en la crisis!». Así, tal como lo escribo.
Y luego, el estilo, las faltas de orografía, un e-mail que no corresponde a ninguna empresa… Y lo mejor: la dirección electrónica del remitente… ¡La mía! Sí señores, mi propia dirección. Vamos, que me lo envío yo mismo.
Malditos spammers: juegan con la salud de la gente, con la necesidad de un trabajo…
¡Que les den!