Con el calor y la vuelta al trabajo, resulta duro volver a escribir en la propia bitácora. Pero ya se sabe que quien algo quiere algo le cuesta…
La ventaja de mi trabajo es que entre los muchos mensajes, llamadas, cartas y correos electrónicos que recibes (y borras), hay alguno que te sorprende.
Ayer, recibí uno de este remitente: 100 Volando.
Picado por la curiosidad, quise ver de qué iba el enlace. El resultado me llevó a descubrir que ese «Ciento volando» es un un blog cuyo autor es Alejandro Rozitchner, un filósofo argentino (¡cómo no!), que se autodefine como escritor y pensador (¿qué se ha de hacer para que te den el título de pensador?) y que tiene una actividad frenética: talleres de proyectos de escritura, de Nietzsche, de ideas y técnicas de creatividad y un par de diarios más. Uf.
Tiene un web cuyo título lo, Bienvenidos a mi, que podría hacer huir a cualquiera, y se declara partidario del centroderechista Mauricio Macri, es curioso que el diario Clarín le definiera hace poco como «Filósofo de corazón rockero».
Al final, tras borrar el e-mail, pensé que, a la hora de enviar publicidad no deseada, hay quien tiene la gracia (y la cara) de hacerlo mediante una cuenta de correo llamada «lindospam arroba gmail.com».
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