Un estudio, encargado por la cadena de tiendas de electrodomésticos e informática Media Markt ha llegado a la conclusión de que para el consumidor español actual, el «equipamiento de entretenimiento indispensable en su vida cotidiana» lo forman la trinidad formada por «el televisor, la consola y el reproductor de música digital». Ummm…
Llegar a estas conclusiones parece obvio: el análisis proviene únicamente de sus clientes, porque en los tiempos de crisis que corren no todo el mundo puede permitirse este tipo de artículos.
En el top five que han elaborado aparecen también, en el segundo puesto, las cámaras digitales (el boom de estos últimos años); en cuarto lugar están los receptores de TDT (una compra inevitable, si se quiere seguir viendo la tele en los viejos aparatos analógicos); y en quinto, los ordenadores portátiles (que están salvando al sector).
Aceptemos que el estudio tenga razón, algo que seguramente otros blogueros tecnológicos (o no) se encargarán de comentar. Por ejemplo, no dejen de leer un interesante comentario de David Miranda-Torres sobre Media Markt.
Pero lo que más gracia me ha hecho de los resultados de este informe son los datos referidos a hace diez años, a nuestras costumbres del último año del siglo pasado.
Según explican, en 1999 nuestras opciones de consumo iban destinadas hacia la compra de televisores (de tubo), frigoríficos, microondas, videocámaras y lavadoras. Parece lógico: eran, son, las necesidades básicas. Una vez cubiertas, desplazas el interés hacia el ocio, hacia lo accesorio.
Ahora bien: con un 20% de paro, ¿el interés de la población son los móviles con pantalla táctil, como indica el estudio, o encontrar primero un trabajo?
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